No pudo ser. El sueño de la Copa del Rey se esfumó en Salamanca para el Arenteiro que cayó por un doloroso 4-0 ante un Unionistas que tenía mucha sed de venganza. Aunque todavía pueden entrar vía Copa Federación, como bien saben en Carballiño.
Y no sería porque no iban avisados los verdes. El técnico de los charros, Dani Ponz, lo había dejado muy claro en la previa. “A mí no se me olvida el 4-0 del partido de allí y el final con nuestros aficionados aplaudiéndonos pese a la derrota. Eso no se nos puede olvidar en la vida”. Tal cual. No había más que verlo como, desde la banda, en el minuto 85 ganando 3-0 con la Copa asegurada, azuzaba a los suyos para que fueran por más goles. En fin, cada uno a lo suyo.
Del partido, hay que decir que el resultado final es excesivo, pero también que al equipo de Javi Rey se le hizo muy largo el final de temporada como demuestra el dato que de los últimos siete partidos disputados solo fueron capaces de ganar en la jornada 32, al Cornellá 1-2. Mental y físicamente el plantel llegó muy justo al final de liga, algo que no debe ni puede empañar la buena trayectoria en su mayor parte y con el objetivo de la salvación conseguido hace muchas jornadas.
El choque comenzó igualado y con las dos primeras llegadas más claras para los de Javi Rey. Un buen disparo de Álex Cardero en el 17 lo salvó Iván Martínez con una gran intervención y en el 20 el zapatazo de Vicente Esquerdo lo devolvió el larguero de la meta local. Igual si llega entrar una de las dos estamos hablando de otro partido, pero no lo hicieron. Sin muchas más novedades llegó el 1-0 en el 41. Slavy aprovechó un rechace de Pablo Brea tras disparo de Serrano para marcar.
Salió con más riesgo el Arenteiro en la segunda parte consciente de que tenía que darle la vuelta al marcador, pero se encontró en el 53 con el golazo de Mario Losada, desde 30 metros, que dejaba el partido casi sentenciado. Los locales y su técnico querían más y con los verdes fundidos llegaron el tercero de Etxaniz y el cuarto de Jon Rujo.
Un castigo excesivo para un Arenteiro que, pese al final de liga, se puede ir con la cabeza alta de vacaciones porque los deberes ya los tenía hechos y lo valoraran mucho más cuando los años no vengan tan rodados como este.
