FÚTBOL | JUVENIL

Un calentón muy costoso

Ourense. 5-03-2017. Partido de juveniles en Os Remedios. Paz
photo_camera El jugador del Pabellón Gabri pelea un balón contra el Val Miñor ante la mirada de su compañero Óscar.

La roja directa a Rivero en el arranque de la segunda mitad condenó al Pabellón, que perdió ante un Val Miñor al que tenía bajo control

La vuelta a la actividad no le trajo buenas noticias al Pabellón. Los blanquiverdes, inmersos en la lucha por despedirse de la categoría con la mejor imagen posible, perdieron en Os Remedios ante el Val Miñor por 0 a 3. Un partido con dos partes bien diferenciadas. La primera, igualada, sin buen fútbol, pero con mucho equilibrio. La segunda, tras la expulsión del local Rivero, fue mucho más placentera para los de Nigrán que se llevaron 3 puntos claves en su lucha por la permanencia.

El duelo arrancó a bajas revoluciones. El Pabellón se aferró a la idea que le trajo mejores resultados en las últimas jornadas: orden defensivo y evitar complicaciones. El Val Miñor, al que la clasificación le exige, se vio obligado a tener el balón, pero sin profundidad. Su mejor ocasión, el minuto 7, con un disparo de Manu desde dentro del área que se marcha fuera.

Poco a poco los ourensanos intentaban estirarse, pero les costaba un mundo conectar con sus delanteros. El mayor peligro de los de Guillermo García llegó a través de un par de faltas colgadas al área. Sin consecuencias. Eso sí, según avanzaba el crono, el dominio de los visitantes se diluía y el empate a cero era lo normal visto lo visto, y el resultado con el que se llegó al descanso.

En la reanudación, el guión del partido no varió. Era un combate que se llevaría el que no cometiera errores. Sin alardes. Y el fallo llegó del lado del Pabellón. En el minuto 50, Rivero pierde una disputa y entra por detrás al central Marcos. El árbitro no lo duda y le muestra la tarjeta roja. Quizás pudo solucionar la jugada con una amarilla, pero el pabellonista corrió un riesgo innecesario. Puntuar se ponía cuesta arriba.

El muro no resistió más
A pesar de ello, el Val Miñor tardó en tomarle el pulso a la nueva situación. Se podría decir incluso que el Pabellón encajó bien el golpe. Hasta que en el minuto 62, tras un rechace de un córner, Manu engancha una volea y bate a Abel. El conjunto nigranés atravesaba el muro. Había hecho lo más complicado ante un rival acusa los contratiempos.

El gol lo acusó el Pabellón. Mucho. Tanto que, dos minutos después, el Val Miñor aprovechaba una contra culminada tras un pase de la muerte para marcar el segundo gol de la mañana. La sentencia.

El carrusel de cambios continuó, pero no alteró lo que se veía sobre el césped. Los ourensanos querían pero no podían ante un rival que, sin el miedo en el cuerpo, empezó a jugar sin presión. El partido aún fue a peor. Corría el minuto 70 cuando, en otro ataque visitante, el central Llena sacó con la mano un balón que se colaba. Penalti y expulsión. Edu consiguió el 0 a 3 y al Pabellón le quedaban 20 minutos con nueve sobre el césped.
Fue un trámite. El partido murió por desgaste. No pasó mucho más. Los blanquiverdes estaban tocados y el cuadro nigranés tampoco quería hacer más sangre. Once contra once, la cosa estuvo equilibrada. El Pabellón se queda con el mal sabor de boca de haberse 'autoexpulsado' del partido.

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