Una luchadora con raza

Isaura Hermida (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Nacida en un pueblito suizo cercano a Berna el 1 de enero de 1964, Isaura Hermida lleva en sus entrañas el sacrificio que significó para sus padres labrarse un futuro lejos de estas tierras.
Por eso, en su día prevaleció más su familia y la vida ourensana que emprender nuevos horizontes llevando a cabo su gran pasión, la gimnasia. “Tuve muy buenas ofertas del resto de España y el extranjero, pero en realidad no me mueve el dinero sino no estaría tantos años haciendo esto. La alta competición no da dinero. Dinero es tener 90 niños dedicados a jugar y exhibiciones. La competición es muy dura, sacrificada, muchísimo trabajo y poco dinero', dice la entrenadora de la Escola Burgas desde hace 22 años y del Gimnasia Pontevedra desde hace nueve.
Su trayectoria como gimnasta la desarrolló integramente en el Club 2000 hasta que pasó a ser entrenadora. “Cuando empecé nunca creí ni me planteé en ningún momento que iba a tener niños representando a España en un mundial, un europeo o como estuvo hace poco Dani Pérez en los juegos mundiales de Cádiz. Primero fui gimnasta, luego entrenadora porque me gusta mi trabajo y es una suerte, aunque no gane un duro. No tiene que ver el dinero porque nunca me lo planteé así. Nunca, afirma Isaura Hermida, deje de prepararme y creo que por eso tengo la ventaja de que no me he quedado estancada. Ya son muchos años y aparte de titularme en casi todas las modalidades aprendiendo de unos y otros, he viajado siempre que pude haciendo cursos no sólo deportivos, sino de psicología aplicada al deporte, socorrista acuática, monitoría de socorrismo y también atletismo”.
La entrenadora que se encontraba por estos días en un europeo en tierras portuguesas, comenta con orgullo de ser la única entrenadora de España que posee la titulación nacional de todas las modalidades de gimnasia, trampolín, acrobática, artística femenina y masculina y rítmica. “Sigue habiendo un poco de machismo en el deporte, pero por suerte he trabajado con chicos y chicas gimnastas a todos los niveles de competición y compañeros, para mi es algo natural”.
Se puede calificar a Isaura Hermida como una auténtica luchadora. “Siempre me han llamado un poco revolucionaria, guerrillera o sindicalista, pero siempre he peleado por la gimnasia en todas sus modalidades y sobretodo por los míos. En este torneo de Portugal estuve con gente de Andalucía y me dijeron que en su comunidad si un gimnasta es campeón de España ya lo reconocen como deportista de alto rendimiento y tiene acceso, con nota mínima, para un montón de carreras universitarias y ayudas. Aquí en Galicia esto no ocurre y para que te reconozcan tienes que ser finalista en un mundial, cuando según la Constitución deberíamos ser todos iguales”.
Respecto a las condiciones de entrenamiento de sus dirigidos, recuerda que siendo gimnasta, “en 1994 conseguí un cuarto y quinto puesto en un mundial de trampolín en sincronismo y tuve a varios deportistas llegando a varias finales, campeones de España en la selección y no cambiaron mucho las cosas. Por suerte ahora estamos en el campo de la Feria compartiendo con el Pabellón dos camas elásticas y si bien no es una instalación adecuada de momento, por lo menos es mejor de lo que teníamos, que era nada. Las dos niñas que estuvieron en Portugal entrenaron en el Paco Paz detrás de una red y han tenido concentración con la selección teniendo que viajar y pagarse los desplazamientos a Pontevedra para poder entrenar”, indicó.
El otro problema al que se enfrentan los gimnastas es durante su etapa universitaria porque no pueden seguir entrenando. “Es que tal y como está hoy el plan de estudios en Galicia e imagino el resto del país, no pueden hacer deporte de alto nivel porque les cambian cada trimestre sus horarios de estudio. Sin embargo en Portugal, la Federación por intermedio de la universidad logró que el Estado les concediera 15 días para que puedan dedicarse exclusivamente al torneo. En cambio, añade Isaura, “ tuve alguna gimnasta que fue a un mundial, y que algún profesor decirle que dejara esa mierda lo que demuestra la ignorancia que hay en Galicia”, finaliza.

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