Málaga y Real Madrid, a 90 minutos de un sueño

Ya está todo preparado para que mañana se decida en Ourense cuál es el mejor equipo juvenil de la temporada 2016-2017. Real Madrid y Málaga disputan desde las doce del mediodía en el estadio de O Couto la final de la Copa de Campeones, partido que ayer fue presentado en el Centro Cultural Marcos Valcárcel de la ciudad.

Los madridistas, que llegaron a este torneo después de dominar el Grupo 5, superaron en los cuartos de final al Atlético de Madrid, su máximo rival también en la competición liguera, por 2-1 en Ribadumia, con tantos de Óscar y Fran García. Los de Guti solventaron la semifinal ante el Villarreal, ya en el campo de O Couto, por 2-0, con un doblete de Dani Gómez.

Los malaguistas, por su parte,  sufrieron un poco más para alcanzar la clasificación para la Copa de Campeones pues hasta la última jornada no certificaron el título. Ya en Galicia, el equipo de Dely Valdés remontó en cuartos para doblegar al Barcelona (4-2) con tantos de Hugo, Joel, Escardo y Jony, mientras que en la semifinal dejó en la cuneta al Celta de Vigo , al que ganó por 3-2, con goles de Alberto y un doblete de Escardo, el definitivo en el descuento.

Después de disputar dos partidos en tres días ninguno de los finalistas entrenó ayer. Sí lo harán esta mañana. La final se disputa sobre hierba natural y esta ha sido la superficie elegida por ambos conjuntos para ejercitarse en la previa al partido que vale un título. El Málaga será más madrugador, pues trabajará desde las 10,30 horas en el campo de Barbantes. Algo después, a las 12,00, será el conjunto juvenil del Real Madrid el que trabaje en el campo de Arnoia.

Un bloque y la genialidad

Por lo visto tanto en la liga como en las eliminatorias de cuartos y semifinales, en la final de mañana se medirá el bloque más completo de los ocho mejores, el que conforma el Real Madrid, ante la genialidad del ataque del Málaga. El equipo de Guti funciona bien en defensa, muy bien en el centro y muy bien en ataque, mientras que el de Dely Valdés muestra un gran nivel en la portería, ofrece concesiones en defensa, cumple en la medular y en ataque vive de la magia del marroquí Hicham y los goles de Escardo. Además, no se rinde nunca. Lo ha demostrado en la liga, en la que se 'mató' toda la temporada con Sevilla y Betis, y en esta Copa de Campeones, remontando tanto al Barcelona como al Celta.