DAKAR 2016

Tres ourensanos en un duro Dakar

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photo_camera A la izquierda, Roberto Conde, con varios miembros de su equipo.

Alcides Pinho, Roberto Conde y Borja Prol fueron los mecánicos de la provincia presentes en esta prueba, marcada por la lluvia, el frío y la altitud

Tres historias distintas, el raid considerado como el más duro del Mundo y dos puntos en común, ser ourensanos y vivir en cierta medida en la emigración, lejos de su casa para crecer a nivel profesional en un mundo que exige sacrificios y pasión a partes iguales.

Borja Prol, Alcides Pinho y Roberto Conde fueron los tres representantes ourensanos en los bastidores del Dakar. Los tres, de distintos puntos de la geografía de la provincia, mecánicos en distintos equipos y modalidades, fueron parte importante de una edición atípica, en la que el frío y la lluvia fueron protagonistas inesperados en las primeras etapas, antes de adentrarse por las montañas, los desiertos y las salinas de Argentina y Bolivia, en una prueba que anhela volver a África, un exilio obligado por la inestabilidad política del continente.

Ante ellos, el arduo trabajo de hacer que sus pilotos lograsen el objetivo marcado antes de tomar la salida desde la siempre abarrotada Buenos Aires. Por delante, 9.000 kilómetros de competición divididos en 14 etapas (dos semanas con dos días de descanso), enlaces eternos y noches sin dormir, con la incerteza de no saber si el esfuerzo tendrá la recompensa final.

En un deporte en el que la gloria la acaparan los que conducen las máquinas, preparadas con mimo durante meses, el trabajo de estos ourensanos fue esencial para que en mayor o menor medida sus equipos cumpliesen sus objetivos.

Roberto Conde, el más veterano

Roberto Conde (París, 6/12/1982), residente en Andorra desde hace varios años, es el ourensano más veterano de los que estuvieron presentes este año con tres participaciones, esta temporada encuadrado en el equipo Honda Racing Team, oficial de fábrica.

Hijo de Teresa, nacida en Fontei (A Rúa) y José, de Sáa en Maceda, sus padres se conocieron en los años 70 en la capital francesa, en la tristemente conocida Sala Bataclán, lugar de reunión habitual de los españoles que por aquel entonces intentaban labrarse un futuro en la inmigración.

Roberto, que regenta un taller mecánico en el Principado con el vencedor en cinco ocasiones de la prueba en la categoría de motos Cyril Despres (ahora piloto oficial de Peugeot en coches), del que fue mecánico en el equipo oficial Yamaha en 2014 y 2015 y del que habla maravillas sobre su profesionalidad y meticulosidad, fue el encargado en 2016 de la moto de Michael Metge, dentro del HRC Team, en el que competían pilotos como Joan Barreda y Paulo Gonçalves, entre otros .

Ya en su casa, después de dos días seguidos durmiendo tras un largo viaje de vuelta a casa, el rués destaca que esta edición fue "durísima para nuestro equipo, no solo por el tiempo y la altura, que también influye. Tuvimos muchos problemas, todos ellos fáciles de solventar pero que arruinaron nuestra carrera. A nivel personal pasé cuatro días sin dormir y cuando abandonaron nuestros pilotos se convirtió en un infierno".

Sobre la presión y las sensaciones que se tienen dentro de un equipo oficial como Honda, Roberto lo tiene claro: "La presión está ahí y cuando pasan cosas como la de este año, como el abandono de Barreda o la caída de Gonçalves después de que mi piloto le diese las piezas para que pudiese optar a la victoria, no disfrutas de nada, solo piensas en volver a casa" y en cuanto al futuro "creo que seguiremos. Ya hablamos con la fábrica en Japón y están con ganas de seguir. Sabemos donde tenemos que mejorar y ya estamos pensando en el 2017".

img-20160130-wa0006_resultLa ilusión de la juventud de Borja Prol

El benjamín de los ourensanos en esta edición de la prueba siempre soñó con estar presente en esta competición.

Borja Prol (Ourense, 12/4/1990) partió hace algo más de cinco meses a Vilanova del Vallés para enrolarse en el ambicioso proyecto del equipo Jatón Racing.

Ambicioso porque Ariel Jatón, patrón del equipo es el piloto y uno de los creadores del único coche eléctrico del Dakar, el Acciona 100% Ecopowered, además de dar asistencia al veterano Xavier Foj y al boliviano Gerardo Gutiérrez.

Contando las horas para formar parte del equipo que quiere estar presente en la edición de 2017 y sorprendido por la dureza de la cita sudamericana, Borja destaca "la cantidad de gente que se arremolina en cualquier punto de los enlaces o cerca de la asistencia. Parece mentira pero aunque seas un mecánico te piden autógrafos y te hacen sentir realmente querido".

Una carrera, que a pesar de los días sin dormir, los enlaces eternos y la dureza "engancha. Todos los días hay algo que te hace pensar en repetir aunque tengas 20 horas de enlace en el camión, todo merece la pena. Si tienes pasión por algo todo el esfuerzo está justificado, hasta cuando el camión se queda enterrado en el barro por las lluvias que cayeron y tienes que ponerte a empujar y ayudar para poder salir", destaca entre risas.

Y es que además de las lluvias torrenciales y el viento que hubo en las primeras etapas, Borja cree que lo más duro y más complicado es "trabajar a 4.000 metros de altitud. Notas como te cuesta respirar al hacer cualquier esfuerzo y tienes que medir mucho los movimientos. Si a eso, le sumas el cansancio por el sueño, se hace duro, pero como te dije, es una experiencia única y se aprende muchísimo".

Protagonista de uno de los reportajes de TVE en esta edición de la prueba, el ourensano termina hablando de la excelente organización y del enorme número de personas que componen la prueba. "Es espectacular, el movimiento, la capacidad para transportar todo. La verdad es que son un ejemplo de trabajo y seriedad".

img-20160130-wa0014_resultAlcides Pinho, 25 años lejos de Verea

El tercer protagonista de esta historia nació en Portugal pero se crió desde muy jovencito en Verea, donde hizo sus primeros intentos de mecánico y pasó sus años de juventud.

Alcides Pinho da Silva (Castro Laboreiro, 7/7/1965) tomó el rumbo a Madrid hace ya 25 años, en busca de un trabajo que le permitiese progresar y crecer a nivel personal y profesional.

Dueño de un taller que lleva con su hijo Alejo (tiene otra hija, Jessica), el de la comarca de Celanova recuerda como se gestó su presencia en el Dakar. "Llevo tres años trabajando con Rubén Gracia, bicampeón de España de Raids y un buen día me propuso unirme a su proyecto como un simple comentario. Y de repente me vi en Argentina, con algunas dudas por si sería capaz de hacerlo bien pero con muchas ganas ya de repetir". Eso sí, con la connivencia de Amparo, su pareja y gran apoyo en esta aventura. "Cuando se lo dije, lo primero que me contestó fue que iría si me dejaba, pero después fue la que más me animó. Es más, ella y mis hijos fueron al aeropuerto con una pancarta a recibirnos y no pude evitar emocionarme".

Una Dakar con el madrileño Rubén Gracia y el gallego Diego Vallejo que Alcides no olvidará. "Lo que más me sorprende es la capacidad que se puede tener para estar sin dormir apenas durante 15 días. Yo pensaba nos tienen que estar echando algo en la comida porque no era normal ", destaca a carcajada pura.

El mecánico ourensano, afectado de "morriña permanente" no puede evitar emocionarse cuando habla del público sudamericano. "Ver a toda esa gente animándote, familias enteras que te piden subirse al camión de asistencia para hacerse fotos, niños que te dan abrazos, abuelitos saludando...es increíble. Además, ves algunas cosas que te llegan al alma y realmente te cambia la mentalidad".

En un mar de recuerdos inolvidables, Alcides destaca uno sobre todos. "El podio de Rosario. Estar en la meta con tu equipo, ver las sonrisas de todos y la satisfacción del trabajo bien hecho son el mejor premio. El año que viene iré, sea como sea pero tengo que estar allí de nuevo, engancha", concluye.

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