Miles de ourensanos tomarán las calles de nuevo en una clásica que se ha convertido ya en todo un referente en el calendario atlético nacional

Popular pero con mucho pedigrí

Los corredores en la pasada edición. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Este domingo se disputan el maratón de Nueva York y, en España, el de Zaragoza. Será este domingo cuando el atleta etíope Haile Gebreselassie, el mejor fondista de todos los tiempos, correrá por primera vez en Nueva York, y pese a sus 37 años ni siquiera se plantea la retirada. El mismo día en el que gran parte de los focos estarán puestos sobre Edison Peña, uno de los 33 hombres que pasaron dos meses y diez días atrapados en la mina San José en Chile y conocido como el minero atleta por su afición al deporte.
1.400 atletas espera reunir el maratón de Zaragoza, en su cuarta edición. Muchas más congregará una semana después la 34 edición de la prueba popular ourensana, que como es habitual dedicará varios miles de euros (más de 15.000 la pasada edición) a premios para los primeros clasificados.


UNA PRUEBA POPULAR

La San Martiño es una prueba popular y es por ello que la disputan desde padres con hijos a entrenadores de fútbol (Peluso o Suso García fueron dos de los que tomaron parte en la edición del año pasado). Más de cuatro mil corredores terminaron en 2009, de los casi ocho mil inscritos. Y eso pese a que el día estuvo marcado por una lluvia tenaz que hizo mucho más dura la prueba. El Puente del Milenio fue y volverá a ser un auténtico hervidero de deportistas. A partir de ahí, un total de diez kilómetros de trazado, los homologados por la Española de atletismo (RFEF).

En toda popular, el papel de los voluntarios es sencillamente imprescindible. Un centenar estuvieron prestos y dispuestos la edición de 2009, atentos siempre a cualquier incidencia.

Es evidente que de los ocho mil se cuentan con los dedos de dos manos los auténticamente favoritos a la victoria, aquellos atletas, africanos en su mayor parte, que han hecho de las carreras populares una forma de vida. Van ganando prueba tras prueba y embolsándose un buen dinero. Porque el poder africano sigue estando muy lejos del alcance de los atletas europeos, mucho más limitados en todas las carreras de fondo.

Con todo, fue precisamente un gallego el último que se impuso a los africanos, principalmente kenianos. El coruñés Lolo Penas se adjudicó la edición de 2006, justo un año después que quedase establecido el récord de la prueba, fijado en 28 minutos y 50 segundos.

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