Razones para amar este juego tan impredecible

Uno no sabe qué es mejor en este tipo de partidos.
Un desarrollo igualado durante los 40 minutos, que no te permite relajarte; o este segundo encuentro, donde el COB completó tres cuartos a gran nivel y estuvo al borde del 1-1 tras sestear cual marmota en el último período. Se enfada con razón el técnico Rafa Sanz con su equipo -y debería consigo mismo- porque el primer partido de la serie contra el Lan Mobel lo perdieron tras tenerlo en la mano y éste estuvo muy cerca de repetirse el cuento. ¿Cómo explicarlo? El orgullo del rival y esa relajación tan habitual cuando te entregas a fondo y dominas por 23 puntos. Entonces pasas de alerta roja a amarilla de forma inconsciente, porque 'malo será' que remonten. El rival recupera 20, 15, 10, 5 puntos... y de repente huele la victoria. Y tu cuerpo ya no puede recuperar la luz roja. Después, la magia impredecible del deporte. Vícens fallaba todo y clavó el triple decisivo. Ortiz metía todo y le taponó el bajito Cárdenas. Por eso nos gusta este juego. Por eso el Araberri lo odia hoy y volverá a amarlo mañana.

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