No marcó, ni siquiera su buena actuación sirvió para que su equipo lograra la victoria, pero Iván González Veiras (Noia -Coruña-, 9 de cotubre de 1978), atacante del Ourense, fue el jugador más destacado del partido del domingo ante el Coruxo (1-1) y además enseñó sus credenciales para convertirse en uno de los jugadores clave del conjunto ourensano en lo que queda de campeonato.
Suyo fue el centro que brillantemente definió Sanginés en el gol en O Vao, participó posteriormente en las contras que pudieron y debieron sentenciar el partido, y con anterioridad el meta Fernando le sacó una mano increíble en un remate tras su enésima internada por el flanco izquierdo del ataque.
Pero Iván González no está satisfecho: 'Es cierto que el domingo hice un buen partido, y que llevo seis o siete asistencias de gol, pero no estoy contento porque sé que todavía puedo dar más. Estoy acostumbrado a meter goles y esta temporada no los estoy haciendo, por eso creo que independientemente de que esté aportando cosas al equipo puedo hacerlo mejor. Soy exigente conmigo mismo, soy inconformista, y sé que faltan mis goles, los que ayudarían al equipo a marchar todavía un poco mejor'.
El ascenso que logró a Segunda A la pasada campaña con el Lugo endulzó parcialmente la temporada más complicada de su carrera futbolística por culpa de unos edemas óseos en el tobillo: 'Al principio estuve dos meses parado, volví y me tocaron otros dos meses de lesión. Estuve así toda la temporada. Ahora, en Ourense, ya vuelvo a disfrutar del fútbol, pero tengo un regusto amargo. Por mis actuaciones, porque soy inconformista y siempre me quedo pensando más en mis fallos. Y por el equipo, porque con el trabajo que está realizando todo el mundo deberíamos estar en una situación más tranquila en la clasificación'.
Pero Iván González no está satisfecho: 'Es cierto que el domingo hice un buen partido, y que llevo seis o siete asistencias de gol, pero no estoy contento porque sé que todavía puedo dar más. Estoy acostumbrado a meter goles y esta temporada no los estoy haciendo, por eso creo que independientemente de que esté aportando cosas al equipo puedo hacerlo mejor. Soy exigente conmigo mismo, soy inconformista, y sé que faltan mis goles, los que ayudarían al equipo a marchar todavía un poco mejor'.
El ascenso que logró a Segunda A la pasada campaña con el Lugo endulzó parcialmente la temporada más complicada de su carrera futbolística por culpa de unos edemas óseos en el tobillo: 'Al principio estuve dos meses parado, volví y me tocaron otros dos meses de lesión. Estuve así toda la temporada. Ahora, en Ourense, ya vuelvo a disfrutar del fútbol, pero tengo un regusto amargo. Por mis actuaciones, porque soy inconformista y siempre me quedo pensando más en mis fallos. Y por el equipo, porque con el trabajo que está realizando todo el mundo deberíamos estar en una situación más tranquila en la clasificación'.
