El equipo que se enfrentará mañana al COB es capaz de ganar los partidos más complicados y de dejar escapar algunos que tenía casi en la mano

Tarragona, un rival imprevisible

El pívot del CBT Michael Diouf machaca el aro del La Palma en el partido disputado?en El Serallo. (Foto: )
Imprevisible es el calificativo que mejor define al rival mañana (21,00) del COB en El Serallo. El Tarragona es capaz de firmar minutos espectaculares con cuartos para el olvido, de ganar al Obradoiro, en la cancha del Navarra o el derbi ante el Lleida y de dejar escapar vivo al Tenerife o al Cáceres cuando el partido estaba en la mano.
La apuesta económica y nominal del Tarragona para esta temporada asume este tipo de handicaps. Berni Álvarez cambia la esquina del campo por la banda. Unos centímetros de distancia para inculcar desde el banquillo una filosofía de juego reconocible con su estilo como jugador. El CBT apunta y dispara con facilidad, corre y apuesta por la calidad individual. Con pocos centímetros en la zona y limitado de rotaciones Berni Álvarez apuesta por la facilidad anotadora de su perímetro y la versatilidad de su juego interior para competir en la Liga.

Pero, sin duda, la clave del Tarragona está en la dirección. Todo es más fácil cuando lleva las riendas del equipo uno de los mejores bases de la competición. Alberto Aguilar, que pagó peaje la temporada pasada en la Liga ACB, ratifica todo lo bueno que se esperaba de él y publicita con méritos contrastados su regreso a la mejor Liga de Europa.

Listo en ataque y en defensa, buen director y sin reparos para asumir la responsabilidad anotadora cuando el equipo lo necesita. El COB lidiará con un hueso duro de roer justo en su talón de Aquiles.


CARGUEN, APUNTEN...

En el perímetro Alba mantiene su crédito intacto en una categoría que es su hábitat natural. El veterano alero está siendo clave en la buena temporada de un club que firmaría evitar el descenso directo al principio de temporada. Es el equilibrio perfecto para dos de los tiradores más peligrosos de la categoría.

Ross Schraeder es la mayor amenaza ofensiva del equipo. Si anota dos seguidas, cuerpo a tierra. Su relevo no es tan fiable pero sí igual de mortífero. Terrence Oglesby es capaz de no ver aro en un partido y destrozar al siguiente rival. Lo mismo dentro de un partido. Tiene licencia para hacerlo y no se le caen los anillos.

En la zona los roles están claros. Diouf defiende poco pero tapona mucho, Franklin no tiene centímetros pero llega más arriba que nadie, no tiene pedigrí pero es un martillo pilón, Fornás no destaca en nada pero aporta en todo y Torres se gana los minutos con efectividad y compromiso.

Un juego interior limitado pero que se multiplica en los partidos importantes y que tiene en Flanklin una referencia fiable.

Un equipo con aspiraciones modestas, riesgos asumidos y deficiencia apreciables. Un rival con recursos para ganar a cualquiera en un día inspirado y confianza para sellar su primer objetivo, evitar el descenso directo, con 13 jornadas de antelación. El COB se la juega contra un equipo que se ha ganado el respeto de la Liga.

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