COB 67
Rioja 71
Se acabaron las dudas. Después de 18 jornadas de liga quedó confirmado que el objetivo de los ourensano tendrá que limitarse a la permanencia, que tiene una plantilla imponente y que su juego está a años luz de lo que podría exigírsele. Que la evolución es nula semana tras semanas y que sólo el talento de los jugadores permite aspirar a ganar algún partido pese a la nefasta gestión de la plantilla. Un decálogo de como desesperar y hacer desertar a una afición fiel y comprensiva pero también con años de baloncesto a la espalda y que sabe sin necesidad de explicación que lo que se le quiere vender no admite digestión.
Dos victorias en nueve partidos en el Pazo son un calvario inaguantable. Un pecado sin perdón teniendo una plantilla larga, equilibrada, experta, física, talentosa... Un equipo para pelear con los mejores que ya sólo podrá aspirar a ser el menos malo de los peores.
Ante el Rioja, más de lo mismo. Lo de siempre. Juego espeso e irregular. Sin continuidad alguna. Haciendo el columpio durante 25 minutos y disparado en el marcador en diez que casi le sirven para resolver el encuentro.
Riley, Zamroz, Rivero y Morentin alternaron los chispazos de talento y acierto en un relevo sin búsqueda desde la pizarra y sólo motivado por su propia calidad. En la primera mitad sirvió para no irse nunca del partido y en la segunda para conseguir diez puntos de ventaja que otra vez no sirvieron para nada.
De antemano se sabía que una de las claves era saber jugar finales igualados. Cuando se tropieza tantas veces no es casualidad. Los últimos siete minutos del COB fueron lamentables. Sólo tres jugadas de calidad de Rivero y el resto nada de nada.
Desesperación en la grada e impotencia en la pista ante un rival que no tuvo que hacer nada de nada para ganar el partido.
Lo peor no es la derrota. Es saber que o se mira hacia otro lado o peor aún se está ciego. Con este equipo los resultados no admiten excusas. Y se sigue jugando con fuego en la clasificación. Y echando a patadas a la afición.
FICHA TÉCNICA
COB: Huertas (7), Pedro Rivero (13), Kale (10), Edu Martínez y Morentin (13) (equipo inicial). Riley (14), Zamroz (10), Iván García, Frutos, Rutkauskas y Carter.
Rioja: Ruiz de Galarreta (7), Coego (10), Arévalo, Ott (8) y Gospic (equipo inicial). Joan Tomas (5), Dobos (4), Uriz (9), Nwogbo (18), Hall (5) y Martí (5).
Parciales por cuarto: 13-14, 19-22, 23-13 y 12-22.
Árbitros: Mas y Padrós. Sin influencia alguna en el marcador.
Incidencias: Unos 1.500 aficionados en las gradas del Pazo dos Deportes Paco Paz para presenciar un partido correspondiente a la decimoctava jornada de liga en la LEB Oro.
Rioja 71
Se acabaron las dudas. Después de 18 jornadas de liga quedó confirmado que el objetivo de los ourensano tendrá que limitarse a la permanencia, que tiene una plantilla imponente y que su juego está a años luz de lo que podría exigírsele. Que la evolución es nula semana tras semanas y que sólo el talento de los jugadores permite aspirar a ganar algún partido pese a la nefasta gestión de la plantilla. Un decálogo de como desesperar y hacer desertar a una afición fiel y comprensiva pero también con años de baloncesto a la espalda y que sabe sin necesidad de explicación que lo que se le quiere vender no admite digestión.
Dos victorias en nueve partidos en el Pazo son un calvario inaguantable. Un pecado sin perdón teniendo una plantilla larga, equilibrada, experta, física, talentosa... Un equipo para pelear con los mejores que ya sólo podrá aspirar a ser el menos malo de los peores.
Ante el Rioja, más de lo mismo. Lo de siempre. Juego espeso e irregular. Sin continuidad alguna. Haciendo el columpio durante 25 minutos y disparado en el marcador en diez que casi le sirven para resolver el encuentro.
Riley, Zamroz, Rivero y Morentin alternaron los chispazos de talento y acierto en un relevo sin búsqueda desde la pizarra y sólo motivado por su propia calidad. En la primera mitad sirvió para no irse nunca del partido y en la segunda para conseguir diez puntos de ventaja que otra vez no sirvieron para nada.
De antemano se sabía que una de las claves era saber jugar finales igualados. Cuando se tropieza tantas veces no es casualidad. Los últimos siete minutos del COB fueron lamentables. Sólo tres jugadas de calidad de Rivero y el resto nada de nada.
Desesperación en la grada e impotencia en la pista ante un rival que no tuvo que hacer nada de nada para ganar el partido.
Lo peor no es la derrota. Es saber que o se mira hacia otro lado o peor aún se está ciego. Con este equipo los resultados no admiten excusas. Y se sigue jugando con fuego en la clasificación. Y echando a patadas a la afición.
FICHA TÉCNICA
COB: Huertas (7), Pedro Rivero (13), Kale (10), Edu Martínez y Morentin (13) (equipo inicial). Riley (14), Zamroz (10), Iván García, Frutos, Rutkauskas y Carter.
Rioja: Ruiz de Galarreta (7), Coego (10), Arévalo, Ott (8) y Gospic (equipo inicial). Joan Tomas (5), Dobos (4), Uriz (9), Nwogbo (18), Hall (5) y Martí (5).
Parciales por cuarto: 13-14, 19-22, 23-13 y 12-22.
Árbitros: Mas y Padrós. Sin influencia alguna en el marcador.
Incidencias: Unos 1.500 aficionados en las gradas del Pazo dos Deportes Paco Paz para presenciar un partido correspondiente a la decimoctava jornada de liga en la LEB Oro.
