Preferente Sur

Vivir de las rentas

El jugador del Nogueira Soto pelea una pelota, ayer en el Monte da Aira (MARTIÑO PINAL).
photo_camera El jugador del Nogueira Soto pelea una pelota, ayer en el Monte da Aira (MARTIÑO PINAL).
El Nogueira, por delante ya desde el segundo minuto, disfruta de una tarde soleada ante un Velle inoperante

Tarde placidísima para el Nogueira en Velle, sobre todo porque se vio con viento de cola desde el minuto dos, cuando Xaco vio al portero adelantado y le colocó la pelota por encima desde un par de pasos más allá de medio campo. Luego jugueteó con un conjunto local con muy mala pinta, hasta que Lobo cerró el partido con un cabezazo a la salida de un saque de esquina.

Hubo un entrenador que hace ya tiempo aseguró que cuando ponía los muñecos en la pizarra a la hora de hacer el planteamiento de un partido todas las piezas le cuadraban, que llegaban al gol cuando y como querían. El problema, decía, es cuando empezaba el juego y los muñecos se movían, entonces se descontrolaba todo. Tiene el Velle una cara tan mustia que si en el descanso hubiesen cambiado a ocho futbolistas por otros ocho del Polígono o el Mondariz, por citar a los dos colistas, pocos se hubieran dado cuenta. Encontró una pequeña vía hacia la puerta visitante en la primera parte gracias a Raúl por la banda izquierda, el problema es que en la segunda desapareció.

Hasta la media hora no se dieron cuenta los de Peluso que esto consiste en meter la pelota entre tres palos. Probó Carlos y acto seguido Raúl, los dos lejos del travesaño. Se acercaba el descanso cuando Raúl, de nuevo Raúl, irrumpió con grandeza en el área, sólo Juan Carlos le negó el gol.

Ya con el segundo entrenador de la temporada, la verdad dice que no gana el Velle desde hace más de dos meses, desde que el 10 de octubre venció en el campo del Polígono. Desde entonces, tres puntos, merced a tres empates, para un equipo que contra el Nogueira no estuvo ni cerca de igualar. Los cambios no le mejoraron y tiene ante sí un problema serio, si con un nuevo jefe en el banquillo la situación no mejora, más bien empeora, ¿qué hacemos entonces? 

Pachi, el guardameta del Nogueira, fue tan poco exigido que se puso deberes él mismo, en forma de palomitas con las que acabar recogiendo unos cuantos baloncitos que llegaban sin fuerza caídos del suelo. Frío desde luego no pasó, que el partido se jugó con sol y 15 grados centígrados.

Hasta el fondo llegó Brais mediado el segundo tiempo para poner atrás una pelota que no encontró rematador. Seis minutos después sí apareció uno, Lobo, el capitán, para cabecear junto al poste y enterrar al Velle. La respuesta en un equipo más inocente que el asa de un cubo fue un tirito de Beny que no inquietó al portero.

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