Beitia, bronce en Sopot

Ruth Beitia celebra el bronce con la polaca Kamila Licwinko (BARTLOMIEJ ZBOROWSKI)
photo_camera Ruth Beitia celebra el bronce con la polaca Kamila Licwinko (BARTLOMIEJ ZBOROWSKI)

La cántabra finaliza tercera con un mejor salto de 2,00 metros, el mismo registro que el oro, única medalla de la participación española.

Ruth Beitia, el último cartucho del equipo español para irrumpir en el medallero de los Mundiales en pista cubierta de Sopot, consiguió el bronce con una marca de 2,00 metros, la misma que las dos atletas que la precedieron en la clasificación definitiva.

Por delante de la cántabra terminaron la rusa Maria Kuchina, líder mundial del año con 2,01, y la polaca Kamila Licwinko, ambas con el mismo registro que la plusmarquista española pero conseguido en el primer intento.

Se trata de la décima medalla que Beitia obtiene en alta competición, incluidos Juegos Olímpicos y Mundiales y Europeos en sala y al aire libre. Hasta ahora tenía dos de oro, cuatro de plata y tres de bronce.

Gracias a la atleta cántabra, el atletismo español no regresa de vacío de los Mundiales en sala, como le ocurrió hace dos años en Estambul.

La capitana de la selección española empezó a competir en 1,85 y continuó con 1,90, la última altura que superaron todas. En 1,94 mantuvo su trayectoria perfecta y dos quedaron ya eliminadas. La altura siguiente (1,97) redujo a cuatro la lista de contendientes. Beitia continuaba su racha inmaculada, lo mismo que la polaca Justyna Kasprzycka, ya en récord personal.

Blanka Vlasic, dos veces campeona, no había podido con esa altura, pero todavía sobraba una para el podio. Beitia cometió su primer fallo con la barra en 2,00. Tuvo que agotar los tres saltos y eso le costó la medalla de oro. Kuchina y Licwinko la adelantaron superando esa altura a la primera.

La croata Blanka Vlasic, dos veces campeona mundial tanto al aire libre como en pista cubierta, había accedido a la final como octava, incapaz de saltar los 1,95 que se pedían pero repescada para completar el cupo de ocho finalistas.

Beitia ya tenía dos medallas en Mundiales bajo techo, la de bronce en Moscú 2006 y la de plata en Doha 2010. Esta tercera, con la que celebró el Día de la Mujer, cierra su brillante trayectoria ya que con 37 años en 2016 no es probable que siga en activo para entonces.

La medalla de Ruth Beitia cubre en parte las miserias del equipo español, que en materia de finalistas, ella sola, ha cuajado en Sopot la peor participación de toda su historia. El peor resultado anterior fue en la primera edición, Indianápolis 87, donde tuvo a tres atletas entre los ocho mejores.

Por la mañana, Jackson Quiñónez, plusmarquista español de 60 vallas (7.52), se había despedido con un quinto puesto en la segunda serie y una marca de 7.78 insuficiente para pasar por tiempos.

La murciana Úrsula Ruiz, 11 veces campeona de España de peso, también quedó eliminada en la ronda de clasificación con una marca de 17,16, medio metro por debajo de su mejor registro del año, y lo mismo le ocurrió al relevo 4x400.

El cuarteto formado por Mark Ujakpor, Samuel García, Daniel Andújar y Kevin López cayó en primera ronda con una marca de 3:10.17 y en consecuencia el atletismo español no tendrá representación en la última jornada.

España regresa de Sopot con el objetivo cumplido en cuanto a medallas (la de Beitia era la única opción real) pero lejos de alcanzar los cuatro finalistas que se proponía.

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