Messi le dedica cuatro goles a Guardiola en el último partido en el Camp Nou como entrenador del Barcelona

Un póquer como regalo

Messi se abraza a Pep nada más hacer el cuarto gol. (Foto: TONI GARRIGA)
La noche en la que Pep se despedía del Camp Nou, Messi la regaló la victoria (4-0) en su último derbi, al marcar los cuatros tantos del partido (ya lleva 50 en Liga).
Con el foco puesto en el banquillo (el homenaje a Guardiola lo monopolizó todo) y la fiesta en la grada, lo que sucedió sobre el terreno de juego debía quedar relegado a un discreto segundo plano. Tan discreto como el partido que jugaron ambos equipos hasta que Messi se encargó de animarlo.

Porque los jugadores del Barcelona y el Espanyol entendieron desde el inicio que la noche no estaba para alardes futbolísticos ni búsquedas estériles de dosis extras de autoestima, una vez que la Liga se tiñó de blanco para unos y el tren europeo se escapó para los otros. Todos menos la 'pulga', que poco a poco se fue animando hasta robarle el protagonismo al mismísimo Guardiola con otro partido estelar.

Messi, siempre Messi, rescató el partido del aburrimiento con un golazo de falta a los diez minutos. Fue lo mejor de una primera parte en la que el Barcelona ejerció un dominio impreciso.

Ya en el tramo final, Teixeira Vitienes señaló penalti en unas manos involuntarias de Cristian Gómez y Messi hizo el 2-0. Y fulminó al Espanyol con su velocidad en una contra para hacer el 3-0, justo cuanto los blanquiazules, con un disparo de Forlín y un remate de Weiss que Mascherano despejó bajo palos, más apretaba.

Para finalizar, completó el póquer también de penalti (éste ya más claro) por un derribo de Forlín a Busquets) justo antes de irse al banquillo para abrazar a Guardiola y dedicarle su gol 50 en Liga.

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