Las comunidades de socios, una alternativa para afrontar gastos

No son un banco ni expropian propiedades, pero las comunidades autofinanciadas -un grupo formado por conocidos que se presta dinero entre ellos- se han erigido como el último recurso de muchas personas para hacer frente a gastos personales imprevistos. La crisis, y un convenio con la Fundación del Instituto de Crédito Oficial (ICO), han dado un impulso a esta iniciativa, presente ya en varias ciudades españolas, sobre todo Barcelona, y mediante el cual se prestaron en 2010 un total de 350.000 euros a través de 700 créditos.
Las comunidades están integradas por entre 10 y 30 socios que constituyen un fondo común con cuotas mensuales para poder prestar dinero cuando uno de ellos tiene una urgencia económica. Se basan en la idea de ayuda económica mutua, según la que cada persona aporta un mínimo de diez euros mensuales y pueden pedir un préstamo de hasta cuatro veces su contribución, por lo que, cuanto más alta sea la cuota, mayor podrá ser el crédito.

Jean Claude Rodríguez-Ferrera, fundador y director de la Asociación de Comunidades Autofinanciadas, explicó que el crédito medio suele rondar los 350 euros y normalmente está siendo requerido por estos 'socios' para llegar a fin de mes. 'Las personas recurren a estos préstamos para comprar los libros del colegio de sus hijos, hacer frente a un viaje obligatorio o arreglar averías domésticas como la calefacción'.

Aunque el sistema es similar al de los microcréditos, las comunidades autofinanciadas se diferencian en que su dinero procede de la aportación de los propios socios y no de los bancos ni de las ONG, y en que el dinero se destina a gastos personales inevitables y no a la constitución de negocios.

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