Galicia es la comunidad donde menos bajaron los precios, según la Sociedad de Tasación

La vivienda nueva se abarata en toda España, pero poco en Vigo

El precio de la vivienda nueva ibre cayó un 2,9% en el primer semestre en Vigo.
El precio medio de la vivienda nueva libre bajó un 4,7 por ciento en el primer semestre del año respecto a un año antes y un 2,3 por ciento frente a diciembre de 2010, según un informe de la Sociedad de Tasación publicado ayer.
En Galicia también hubo bajadas, pero las menores del territorio nacional, con un -1,9 por ciento en los últimos doce meses y un -1,1 en los seis primeros meses del 2011.
En la comunidad gallega, Vigo y Santiago registraron las mayores caídas de precios, un 3,2 y un 2,9 por ciento. No obstante, siguen lejos de la media estatal. La nota discordante la puso Pontevedra, con un incremento del 0,9 por ciento, según el boletín de mercado de vivienda nueva que recoge datos de las capitales de provincia y de poblaciones mayores de 25.000 habitantes.

Todas las comunidades autónomas experimentaron retrocesos sobre todo en Aragón (8 por ciento), Baleares (6,8), Extremadura (6,6), Murcia (6,3), Cantabria (5,7), Andalucía (5,6) y La Rioja (5,5).

El estudio pronostica que en los próximos meses se absorberá el importante excedente de vivienda nueva, puesto que existe una demanda potencial, aunque eso dependerá de la situación económica y de las posibilidades de financiación.

La reactivación de los ritmos de venta será gradual y lenta y vendrá de la mano de la reducción de los precios por parte de los promotores, aunque ello está íntimamente ligado a su capacidad de soportar su nivel de endeudamiento.
Dada la reducción drástica de nuevas promociones, la reactivación del sector estará condicionada por la velocidad de absorción del stock, algo incierto por la retracción de la demanda por las altas tasas de desempleo, la incertidumbre económica y el endurecimiento de los requerimientos crediticios.

El informe de Sociedad de Tasación indica que el actual proceso de reordenación del sector financiero español puede tener una incidencia significativa en el mercado inmobiliario ya que afecta, sobre todo, a las entidades tradicionalmente vinculadas con la actividad hipotecaria.
Por ello, habrá una limitación del crédito hasta que finalice la adaptación a la nueva configuración.

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