Los vecinos de As Teixugueiras corrieron al Meco por los montes de la parroquia y en Sande, las Bonitas bailaron al cobijo del local social
La lluvia no frenó las ganas de fiesta en As Teixugueiras y sus vecinos protagonizaron, un año más, uno de los Entroidos más ancestrales y rurales que se conservan en Galicia. El Meco, elaborado a partir de un tronco de madera y que este año fue bautizado con el nombre de Coletas, en una clara alusión política, fue objeto de sátiras y carreras por las fincas y laderas del monte parroquial, hasta el punto de acabar en más de una ocasión en el fondo de una cuneta.
En su viaje, el Coletas estuvo acompañado del Peliqueiro y un animado grupo de vecinos a quienes una peluca o cartea eran atrezzo suficiente para festejar el carnaval. Su quema, y la lectura del testamento, pusieron el broche final a la jornada. Sin salir del concello, en la vecina parroquia de Sande, las Bonitas optaron por lucir sus galas en el interior del local social. Allí se desarrollo una animada tertulia, animada por la música de Os Escachapeitos y las bromas de la vaca y el oso. Por la tarde, tras la lectura del testamento, el bar del pueblo albergó el espectáculo del humorista Carlos Blanco que puso el broche final al Entroido.
