En As Eiroás celebraron su tradicional gran día en el que también hubo concurso y pasarela de disfraces, con los cuales colaboró La Región
Una boda es una boda, y cuando el amor está presente nada puede evitarla. Así que el agua no logró disuadir en la jornada de ayer a invitados y novios de celebrar por todo lo alto la "Voda da Pita", en As Eiroás. Con trajes de gala y cargados de buen humor, los participantes en esta historia "entroidera" revivieron la relación de los personajes reales, Antonio y Gumersinda (esta última apodada 'A Pita'), dos viudos que decidieron casarse sin invitar al pueblo a una fiesta en la que celebrarlo, como mandaba la tradición, y por lo que los vecinos decidieron conmemorar por su cuenta la feliz celebración. Ironía, sarcasmo y fantasía, con un cortejo de Pitas engalanadas, no faltaron en esta tradicional cita de martes de carnaval en esta zona ourensana.
Pero previamente al encuentro de los enamorados, los visitantes pudieron disfrutar con la apertura del Mercadiño de dona Gumersinda, y una vez cumplidos todos los requisitos formales para declarar marido y mujer a los contrayentes, llegó el momento que ninguna buena boda puede evitar: el banquete, amenizado por la charanga Brisas do Miño.
Y el día finalizó con la celebración de un baile de disfraces con la Orquesta Fin de Siglo, y un singular y colorido concurso y pasarela de disfraces, que contó con la colaboración de La Región.
Y así, casi sin esperarlo, el Entroido se despidió de Eiroás.
