Viana do Bolo despidió su Entroido de este 2024, el periodo más emblemático y tradicional de este municipio del Macizo Central.
La Plaza Mayor acogía desde primera hora de la tarde a decenas de personas que se sumergían en una batalla campal de harina. Esta sólo era interrumpida por la llegada de los fuliones que, con sus bombos, aixadas y guadañas, marcaban el ritmo del último día grande de la celebración entroideira.
Hasta el pabellón municipal llegaban los integrantes de las diferentes agrupaciones para disfrutar, de manera conjunta, de una cena elaborada a base de empanada, chorizo, lacón, androlla o bica.
Una vez finalizado el banquete, provistos de nuevo con sus instrumentos y alguna que otra bolsa de harina, cientos de personas ponían rumbo a la Plaza Mayor al son del fulión. El reloj marcaba las 00,00 cuando el lardeiro y la lardeira eran pasto de las llamas. El fuego, acompañado de petardos que guardaban en su interior los mecos, pusieron el punto final al Entroido. El punto final también de los fuliones, que llegó con los fuegos artificiales que ocuparon el cielo vianés.
Llegó así el turno del baile de disfraces. Decenas de oriundos se presentaban en grupo, en pareja o de manera individual para hacerse con uno de los premios económicos que otorga el Concello. La fiesta se prolongó hasta la madrugada de la mano de DJ Tariro que, con su música, hizo bailar a cientos de vecinos y visitantes en la Plaza Mayor. Los vianeses dicen adiós al Entroido pensando ya en el próximo.
