Detenido por repatriar irregularmente a Ecuador un cadáver de un trabajador

Agentes de la Policía Nacional han detenido a un empresario murciano de 46 años a quien se le imputa la repatriación irregular a Ecuador del cadáver de uno de sus trabajadores, fallecido en un accidente laboral en Javalí Viejo (Murcia) en 2006, y que ya había sido detenido en cuatro ocasiones anteriores por delitos relativos al derecho de los trabajadores.

El trabajador ecuatoriano que respondía a las iniciales P.A.T.N. resultó con quemaduras en el 65 por ciento de su cuerpo el 18 de septiembre de 2006 al quemarse cuando limpiaba con otros tres empleados una balsa al aire libre en las instalaciones de la empresa General Dynamics, y nueve días después falleció en el hospital.

El Consulado de Ecuador fue el detonante de la investigación que llevó a la detención del empresario cuando en marzo de 2008 aseguraba que la identidad del ciudadano ecuatoriano que se suponía muerto en el referido accidente laboral no era la del realmente fallecido, dado que el primero se encontraba en perfecto estado y residiendo en aquellos momentos en Ecuador.

La policía investigó desde entonces la identidad de la persona fallecida y las razones y el procedimiento por los cuales la empresa para la que trabajaba había logrado enviar su cadáver a Ecuador con identidad falsa.

Gracias a los mecanismos de cooperación policial internacional, los investigadores del grupo de homicidios de Murcia han podido esclarecer la forma en la que sucedieron los hechos y las motivaciones que se escondían tras el anómalo comportamiento de la empresa para la que trabajaba el finado.

El fallecido fue contratado bajo una identidad falsa, que realmente correspondía a un antiguo trabajador de la empresa, y esa identidad se mantuvo de forma deliberada durante los trámites de repatriación debido a la voluntad del empresario de no desvelar la situación irregular del trabajador fallecido, para tratar de eludir su responsabilidad por este hecho.

Los investigadores consideran que dada la peligrosidad de la tarea que la empresa les asignó aquella tarde de septiembre de 2006, los trabajadores carecían del equipamiento y la formación adecuada, lo que pudo ser determinante para que se diera el fatal desenlace.

Los delitos en los que habría incurrido el empresario son tres en total, uno contra el derecho de los trabajadores, otro de infracción de la normativa de seguridad laboral y un tercero de falsedad documental.

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