JUNTO A SU ESPOSA

Suárez reposa ya en Ávila bajo el epitafio “La concordia fue posible"

El féretro a su llegada a la catedral de Ávila
photo_camera El féretro a su llegada a la catedral de Ávila

El obispo abulense destaca que "su política consiguió que las dos Españas pudieran encontrarse tras décadas de odio".

El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez fue enterrado ayer en el claustro de la catedral de Ávila junto a los restos mortales de su esposa, Amparo Illana, en una tumba en la que reposa ya bajo el epitafio "La concordia fue posible". Después de la despedida con honores de Estado al cierre de la capilla ardiente del Congreso, el féretro de Suárez fue trasladado hasta Ávila, donde el obispo de esta diócesis, Jesús García Burillo, ofició el funeral de "corpore insepulto" al que asistieron los familiares del expresidente y numerosos representantes políticos. Entre ellos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el exjefe del Ejecutivo José María Aznar; el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; y varios exministros, algunos de los cuales formaron parte de los gabinetes de Suárez.

Numerosos ciudadanos de Ávila pudieron asistir también al funeral, que comenzó con casi una hora de retraso sobre el horario previsto con la interpretación del himno nacional en el órgano de la catedral.

En su homilía, García Burillo elogió el "prodigioso trabajo del expresidente en la Transición. A su juicio, inauguró un estilo de convivencia política trabajando sin cesar por el entendimiento entre los españoles y, por ello, instó a seguir su camino. "Su política consiguió que las dos Españas pudieran encontrarse tras décadas de animadversión política y de odio", dijo García Burillo, quien recordó la fe que profesaba Suárez, "un católico en la vida pública". Aseguró que España le debe "una acción de gracias inmensa" y destacó su búsqueda del bien común para los españoles.



Prodigioso trabajo

El obispo de Ávila leyó un mensaje del papa Francisco en el que trasladó su pésame a la familia y a todos los que lloran la pérdida de una "figura destacada de la época reciente española". Tras el funeral, en el que el coro gregoriano de la Santa ha cantado algunas piezas con textos de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, el féretro con los restos mortales del expresidente se ha trasladado al claustro de la catedral seguido de los familiares y de las principales autoridades.En el acto más intimo en el que Suárez fue enterrado estuvieron presentes Rajoy, Aznar, Herrera y el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto. En medio del silencio y con visible emoción contenida en sus familiares, el ataúd fue introducido en el hueco al que ayer fueron trasladados los restos mortales de la esposa del expresidente, fallecida en mayo de 2001 y que hasta ahora habían reposado en la capilla del convento de Mosén Rubí, situada a unos doscientos metros de la catedral.

La tumba fue sellada y sobre ella se colocó la lápida con la inscripción "Excmos. señores duques de Suárez", seguida de los nombres de ambos, las fechas respectivas de sus nacimientos y muertes y un lema final "La concordia fue posible".

Te puede interesar