ECONOMÍA CIUDADANA

El negocio de la comida saludable está creciendo a costa de la comida basura

Expendedor de un establecimiento de venta de productos de huerta y frutas.
photo_camera Expendedor de un establecimiento de venta de productos de huerta y frutas.

Hay seis franquicias de fast-food que han incorporado sus productos al concepto de vida saludable.

Uno piensa en fast food, y se abre camino un conjunto de referencias ochenteras, que tienen que ver con cierta comida de adquisición fácil y digestión pesada; Norteamérica colonizando desde el estómago; caudillo de una economía de mercado. Fue así  durante las últimas décadas, con la resistencia de dos países latinos, España en primera línea, e Italia en segunda, con una cultura gastronómica difícil de eclipsar. Cultura en los productos y en los modos de consumo, por lo que el concepto de comida rápida, encontró fuerte oposición.  

El influjo norteamericano, fue mucho más acusado en los países del norte de Europa, porque sus jornadas laborales, y una total ajenidad a los  almuerzos y sobremesas de los países latinos, hicieron más fácil su influjo; y pasaron por el aro, porque su economía respondía a un mismo respirar, igual modo de generar producción, y trabajo, mismas jornadas laborales, con comidas de apenas veinte minutos y sin compañía, para volver raudos al trabajo. Pero esta vorágine trajo consecuencias, en la salud, y un gasto estatal en ponerle remedio, porque donde se come mal, se gasta más en dar soluciones. Y pasaron los años, y llegó la crisis, y cambiaron los conceptos, porque los tiempos hoy son otros, y lo son los modos, y las maneras tienen más que ver con la ecología, y con lo bio, y con la vuelta a lo natural. 

Nacen  Franquicias renovadas, y hoy comida rápida ya no es sinónimo de comida basura. España abrió su estómago a este nuevo negocio, hoy ya enfocado desde el concepto salud, disfraz que huele a dinero y lo genera. Uno de sus éxitos  reside en la rapidez de los  servicios, lo económico y saludable de los productos, y la flexibilidad de horarios de estos establecimientos.

Estas  franquicias  están tan extendidas, que han llegado a casi todos los países del mundo. Se centran en un alto volumen, un bajo costo y productos de alta rotación. La cadena propone un concepto gastronómico con ingredientes de primera calidad y alejado del tipo de comida de épocas pasadas. A medida que la industria continúe evolucionando y se fortalezca su economía, la rentabilidad de franquicia de comida rápida seguirá creciendo. Hoy, más que  nunca, el perfil comercial es decisivo para la prosperidad.  Las contrataciones son acordes al modelo imperante Europeo, desgraciadamente para el trabajador; España sigue siendo España, pero hoy es más Europa que nunca, para lo bueno, pero también para lo malo. 

Sin embargo, desde un punto de vista de rentabilidad de negocio, las previsiones de gasto para España, se aventuran positivas. Se ingenian modos de atraer clientela, por lo que se apuesta por la incorporación de elementos tecnológicos a los establecimientos,  abriéndole otras experiencias al cliente. 

En algunos de estos locales se ha optado por insertar tablets en las mesas a disposición de los usuarios, como atractivo añadido a estos locales, en ellas está la carta de menús, y puede utilizarlas para compartir en las redes sociales su estancia en el lugar, es un modo fácil de publicitarlo. Otros rasgos definitorios tienen que ver con la variedad en la oferta, la imagen corporativa, y la atención al cliente, sin olvidar que se contempla el servicio a domicilio. La sociedad se mueve y las franquicias de comida rápida se adaptan constantemente a estos cambios; abriéndose ante ellas un gran campo de posibilidades

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