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Al quirófano se puede ir a ver una película

centro médico el Carmen
photo_camera Carlos Rodríguez Mouriz.

El Centro Médico El Carmen ha incorporado unas gafas en tres dimensiones para que el paciente pueda ver una película o un documental mientras le operan

“Conseguir que el quirófano deje de ser una sala de tortura para ser una sala de entretenimiento”. Escuchar algo así de boca de un anestesista y gestor de un centro hospitalario se antoja más un intento por tranquilizar al paciente que por lograr de la sala de operaciones un lugar al que se entra como a tomar café. Sin embargo es posible, por ejemplo, ver una entretenida película o un relajante documental mientras se desarrolla una intervención quirúrgica. En el Centro Médico El Carmen ya lo han puesto en marcha y los resultados no pueden ser más esperanzadores.

Carlos Rodríguez Mouriz, anestesista y director ejecutivo de este hospital privado que se ubica en la avenida de la Habana, muestra el orgullo de quien acaba de descubrir un gran invento para el bienestar del paciente. De él es la frase que encabeza este texto y es él el que explica que su equipo ha venido trabajando en la iniciativa desde hace un año “y se ha conseguido gracias a la tecnología”. Consiste en que al paciente al que se le va a someter a una intervención quirúrgica que no requiera anestesia general puede estar en el quirófano con unas gafas de tres dimensiones con tecnología IMAX y unos auriculares de sonido con tecnología 5.1 viendo una película, un documental, pero incluso su propia intervención quirúrgica, si lo desea “porque podemos conectar el visor a las torres de las endoscopias para que el paciente vea la operación”, dice el doctor Mouriz. La sensación de abstraerse de la intervención es muy agradecida por el enfermo, que ve liberada parte de la tensión que origina una intervención.


El director ejecutivo del centro hospitalario llega a indicar, con cierto aire jocoso, que “cuando acaba la intervención muchos pacientes da la sensación de que prefieren seguir viendo la película y no marcharse del quirófano”. Por lo tanto, la tecnología ha venido en auxilio de la comodidad del paciente, pero el bienestar que experimenta no solamente es psicológico, sino también físico. Señala Rodríguez Mouriz que “este sistema quita la aprehensión que siente el paciente antes de entrar en quirófano y también reduce casi en un 90% la administración de ansiolíticos que se le proporciona al paciente, disminuyendo la cantidad de sedantes que administramos durante el acto quirúrgico”.


Por lo tanto, la tecnología que ha venido en apoyo de la medicina, en este caso desde el punto de vista del bienestar. Los responsables de El Carmen dicen que el sistema es pionero en España y que forma parte de sus planes de innovación, “porque nosotros siempre hemos tenido una actitud innovadora”, dice su director ejecutivo. Aportar cosas diferentes, mejorar la prestación sanitaria y apostar también por la tecnología es otro de los propósitos de los responsables del centro, que en los últimos meses se dotó de un equipo de resonancia magnética en el que invirtieron un millón de euros, más medio millón en instalación. También han incorporado un escáner de 64 cortes que ha costado un millón de euros, a los que se suman 300.000 euros más en la instalación.

“Tecnológicamente somos lo mejor en la ciudad y otros hospitales nos han copiado”, dice con orgullo Carlos Rodríguez Mouriz, cabeza visible de un centro hospitalario privado que fundaron en el año 1949 los doctores David Morante y José Sueiro.

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