Pilar Eyre: “Veo difícil mantener 
la pasión tras convivir varios años"

La escritora Pilar Eyre congregó a decenas de seguidores de ambos sexos en el Centro Cultural Marcos Valcárcel, dentro del Foro La Región, donde habló de su libro "Mi color preferido es verte", un trabajo en el que la propia autora reconoce que ha revelado mucho de sí misma, y que fue finalista del Premio Planeta 2014.

"La historia se remonta al verano de 2013, cuando estaba cenando en Francia y conocí a un hombre increíblemente guapo, nos cruzamos y sufrimos un flechazo. Estuvimos tres días juntos y descubrí cosas que nunca había sentido, tengo más de 60 años y me di cuenta de que era la persona a la que estaba destinada, se llama Sébastien, era corresponsal, me dijo que tenía que irse a seguir un conflicto y viví un amor loco con esta persona", reconocía Eyre en su introducción.

La escritora ejemplificó esa idea de que el amor puede surgir a cualquier edad con un recuerdo a su padre: "Murió a los 90 años y todavía les decía cosas a las enfermeras, y es que en esto del amor no desaparece con la edad".

Eyre admitió que "en el amor siempre hay uno que quiere y otro que es querido" y hay estrategias y nunca se dan ambos al 100%, pero el hecho de que esta relación de tres días no estuviera contaminada por la convivencia"permitió que la viviéramos plenamente". La conferenciante, presentada por la periodista Cristina García, añadió que "cuando me dicen de una pareja que llevan 60 años juntos no los envidio, aunque hay matrimonios que son felicísimos y llevan muchos años juntos, pero veo difícil que se mantenga la pasión". A lo largo de su exposición nombró a Las Pilaricas, un grupo de whatsapp "que incluso querían tener asma, como yo, para vivir esta experiencia del libro".

En referencia a la reticencia de la mujer a hablar de pasión amorosa a partir de una determinada edad, Eyre aseguró que "la mujer es capaz de amar de una forma mucho más arrebatadora que un hombre, y si somos capaces de vivirlo ¿por qué no somos capaces de decirlo?".

El éxito de la novela lo describió con una simple anécdota: el restaurante nombrado en el libro, donde se produjo el encuentro, "y al que yo iba todos los fines de año con la familia para estar un poco desconectada, me comentaba el otro día el dueño que estaban desbordados, con hasta 400 comensales".

Eyre admitió que "he preservado la imagen de mi hijo y mis hermanas" en la novela, mientras que "he sido despiadada conmigo misma".