FORO LA REGIÓN

Miguel Ángel Escotet: “Profesores y alumnos universitarios deben ser aprendices de por vida"

photo_camera El presidente de AFUNDACIÓN, Miguel Ángel Escotet.
Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, defendió en el Foro La Región un modelo de Universidad más flexible, con prácticas desde el primer día y conectado con la empresa P

“La universidad contemporánea y toda la educación superior deben actuar en consecuencia con los cambios del mundo”. Así introdujo Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, el Foro La Región en el que desgranó las debilidades y fortalezas de la universidad del futuro, así como los cambios necesarios en las instituciones académicas para que vayan a la par de los avances de la sociedad. El recién nombrado rector de la Universidad Intercontinental de la Empresa (UIE) es catedrático especializado en investigación psicológica y social, psicología matemática, política universitaria, diseño y evaluación de programas, desarrollo de educación internacional y comparada, filosofía de la educación y psicología transcultural. Con un currículo que se mueve por distintas instituciones de España y América, Escotet apostó en la charla-coloquio de ayer por un aprendizaje “a lo largo de la vida”. “Las instituciones del futuro no se medirán en carreras, certificaciones ni relaciones unidireccionales”, señaló. Creatividad, trabajar a la vez que se estudia y dominio de las tecnologías fueron algunas de las claves que apuntó. 

Javier Taibo, director general de la Tecnópole, presentó a Escotet, señalando lo “fundamental” del debate sobre el futuro formativo “en una sociedad de vértigo en la que hay que ir  dos pasos por delante”.

“La universidad ha vivido muchas veces a espaldas de la sociedad y del propio sistema productivo”, apuntó el presidente de Afundación, señalando como uno de los retos la formación continua y la “transformación de los roles en la relación entre el profesor y el alumno”. “La formación de hoy aún se encomienda a títulos terminales, planes de estudio rígidos con cambios muy lentos y un abuso de la memoria”, sintetizó sobre la que llama “crisis” en la universidad. El perfil del profesional universitario de hoy pasa por siete competencias, según Escotet: un currículo flexible, resolución de problemas, nuevas tecnologías, creatividad, actitud, sentido ético, estética y cultivo del espíritu. 

SANTA CRUZ (OURENSE) 16/09/2021.- Foro La Región con Miguel Ángel Escotet.Miguel Ángel Escotet, Antonio Nespereira. José Paz

“La universidad tiene que dar un gran salto desde su torre de marfil al mundo productivo y del ciudadano, muchas están ancladas en el modelo napoleónico, totalmente contrario a las exigencias del mundo real. Un sistema flexible que se extienda no solo al grado o al posgrado, sino que continúe a través de la vida”, valoró. 

“Relaciones sólidas”

El ponente apostó porque “se deben establecer relaciones sólidas entre la empresa y la universidad, que el estudiante aprenda en el lugar en el que se producen las cosas”. Así, apuntó a que los alumnos “puedan formar parte del proceso real que hay en una empresa. Estudiar y trabajar tienen que ir de la mano”. Escotet abogó por “reaprender y desaprender sin pausa como única solución”.

Aprendizaje presencial y a distancia, tendencia futura

Escotet señaló una docena de tendencias que visualizan el futuro de la universidad. El estándar de paridad será un aprendizaje mixto; combinación de aprendizaje presencial y a distancia; estudiantes y profesores aprenderán unos de otros; competencias en el uso de las tecnologías; programas de aprendizaje transversales en toda la universidad; eliminación de los exámenes finales; desarrollo de inteligencia artificial y aprendizaje intangible como refuerzo del aprendizaje basado en la investigación.

El ponente concluyó que la educación “es un proceso sin fin y el aprendizaje un viaje continuo sin retorno”. Escotet recordó que “si la institución universitaria apuesta por un simple cambio de estructura, se quedará atrás”. En este sentido, el presidente de Afundación apuntó que “a la amplitud de conocimiento se impondrá a la necesidad de reaprender y, lo más difícil, desaprender. Porque está demostrado que es más difícil desaprender ciertas conductas que aprender las mismas”.

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