El fotógrafo gallego José Cendón, liberado el pasado día 4 de enero tras 38 días de cautiverio en Somalia, afirmó que sospecha que el propio Ministerio de Seguridad de ese país esté implicado en su secuestro y aclaró que no tiene información sobre el pago de un rescate por su liberación, aunque remitió al 'Daily Telegraph' --el diario para el cual elaboraba un reportaje cuando fue raptado junto a al periodista británico Colin Freeman--.
En rueda de prensa y abrumado por la abundante presencia mediática, Cendón explicó que el Ministerio de Seguridad les encasquetó su escolta --siempre la misma-y que provocaron muchísimos impedimentos en el transcurso del reportaje que elaboraban sobre la piratería en el país africano.
Asimismo, aclaró que resulta muy extraño que justo el día que se produjo el secuestro, al salir del hotel, se encontraron con que los escoltas no eran los mismos, lo que le causó sospechas relacionadas con el Gobierno somalí y consideró que deberá dar explicaciones, aunque no descarta a nadie.
A pesar de su experiencia, el fotógrafo gallego aseguró que volverá pronto a ejercer su profesión y posiblemente en mes y medio, pero precisó que se tomará unas vacaciones para estar con los amigos y la familia, que reside en Santiago de Compostela.
También manifestó su interés por trasladarse a Latinoamérica para conocer realmente la nueva izquierda emergente en la región y que será a principios del año que viene.
Por otro lado, comentó que la situación en Somalia está peor que nunca, es muy peligrosa y que cuesta mucho comprender toda la complejidad de ese conflicto. Además, Cendón anunció también que su reportaje acerca de la piratería en la región y el relato de los hechos salió ya publicado entre el domingo y el día de hoy.
SECUESTRO
Sobre los guías que lo secuestraron, Cendón admitió que no pudo averiguar mucho porque fue todo demasiado rápido. En estos países, si no hay tiempo, una vez consigues un contacto --denominado 'fixer'-lo usas aunque no lo conozcas, argumentó. Además recordó que había más medios en la región que llevaban tres semanas haciendo una información y no les pasó nada, pero lamentó: a veces te toca.
El fotógrafo gallego afirmó que, durante su cautiverio junto al periodista inglés Colin Freeman, ejercieron una estrategia de mantener la mejor relación posible con los secuestradores y una amistad hasta cierto punto, ya que, en su opinión, era necesario para sobrevivir.
Asimismo, comentó que ese era sobre todo el papel de Colin, y señaló que, aunque al principio pensaba en matarlos --a los secuestradores--, después intentó comprender e intentar entender sus intenciones. Precisamente, detalló que conversaron con ellos y bromeó con que llegaron a dar clases de inglés a los que mejor los trataban, aunque advirtió que otros les amenazaban de muerte.
Para Cendón, los momentos más duros de su cautiverio fueron el instante en que los secuestraron y cuando otro grupo de somalís se liaron a tiros con ellos --los secuestradores-durante media hora.
En este sentido, explicó que lo peor que podía pasar era cambiar de manos y que se sentía seguro con las personas que los retenían porque no tenían intención de lastimar y que les alimentaban y trataban relativamente bien.
Además, afirmó que los trasladaron de cueva en cueva para evitar problemas como el tiroteo, y que vivían el día a día --él y el periodista británico-con tensión y miedo en muchos momentos, aunque jugaban al ajedrez y a diversos juegos para pasar los ratos aburridos.
REENCUENTRO
El fotógrafo gallego José Cendón aterrizó la pasada noche en el aeropuerto de Lavacolla (Santiago de Compostela), donde pudo reencontrarse con sus padres en un momento que calificó de mucha emoción y prácticamente sin palabras. En este sentido, señaló que estuvieron abrazados durante un buen rato y que intentó tranquilizarles y explicarles que no lo pasó tan mal.
Por otro lado, Cendón agradeció el apoyo y la preocupación de todos los medios de comunicación y confesó que es muy triste hacerse famoso por un secuestro, pese a que se trata de un profesional con una dilatada trayectoria que le ha valido reconocimientos como el World Press Photo y el Picture of the Year.
Asimismo, denunció que sólo se preste atención al continente africano cuando hay un español implicado. Por ello, el fotógrafo aseguró que regresará a su casa en Etiopía para continuar escribiendo sobre lo que considera más importante, que es el sufrimiento de las personas, pero aclaró que no tiene prisa y que aún no hay planes definitivos.
Asimismo, aclaró que resulta muy extraño que justo el día que se produjo el secuestro, al salir del hotel, se encontraron con que los escoltas no eran los mismos, lo que le causó sospechas relacionadas con el Gobierno somalí y consideró que deberá dar explicaciones, aunque no descarta a nadie.
A pesar de su experiencia, el fotógrafo gallego aseguró que volverá pronto a ejercer su profesión y posiblemente en mes y medio, pero precisó que se tomará unas vacaciones para estar con los amigos y la familia, que reside en Santiago de Compostela.
También manifestó su interés por trasladarse a Latinoamérica para conocer realmente la nueva izquierda emergente en la región y que será a principios del año que viene.
Por otro lado, comentó que la situación en Somalia está peor que nunca, es muy peligrosa y que cuesta mucho comprender toda la complejidad de ese conflicto. Además, Cendón anunció también que su reportaje acerca de la piratería en la región y el relato de los hechos salió ya publicado entre el domingo y el día de hoy.
SECUESTRO
Sobre los guías que lo secuestraron, Cendón admitió que no pudo averiguar mucho porque fue todo demasiado rápido. En estos países, si no hay tiempo, una vez consigues un contacto --denominado 'fixer'-lo usas aunque no lo conozcas, argumentó. Además recordó que había más medios en la región que llevaban tres semanas haciendo una información y no les pasó nada, pero lamentó: a veces te toca.
El fotógrafo gallego afirmó que, durante su cautiverio junto al periodista inglés Colin Freeman, ejercieron una estrategia de mantener la mejor relación posible con los secuestradores y una amistad hasta cierto punto, ya que, en su opinión, era necesario para sobrevivir.
Asimismo, comentó que ese era sobre todo el papel de Colin, y señaló que, aunque al principio pensaba en matarlos --a los secuestradores--, después intentó comprender e intentar entender sus intenciones. Precisamente, detalló que conversaron con ellos y bromeó con que llegaron a dar clases de inglés a los que mejor los trataban, aunque advirtió que otros les amenazaban de muerte.
Para Cendón, los momentos más duros de su cautiverio fueron el instante en que los secuestraron y cuando otro grupo de somalís se liaron a tiros con ellos --los secuestradores-durante media hora.
En este sentido, explicó que lo peor que podía pasar era cambiar de manos y que se sentía seguro con las personas que los retenían porque no tenían intención de lastimar y que les alimentaban y trataban relativamente bien.
Además, afirmó que los trasladaron de cueva en cueva para evitar problemas como el tiroteo, y que vivían el día a día --él y el periodista británico-con tensión y miedo en muchos momentos, aunque jugaban al ajedrez y a diversos juegos para pasar los ratos aburridos.
REENCUENTRO
El fotógrafo gallego José Cendón aterrizó la pasada noche en el aeropuerto de Lavacolla (Santiago de Compostela), donde pudo reencontrarse con sus padres en un momento que calificó de mucha emoción y prácticamente sin palabras. En este sentido, señaló que estuvieron abrazados durante un buen rato y que intentó tranquilizarles y explicarles que no lo pasó tan mal.
Por otro lado, Cendón agradeció el apoyo y la preocupación de todos los medios de comunicación y confesó que es muy triste hacerse famoso por un secuestro, pese a que se trata de un profesional con una dilatada trayectoria que le ha valido reconocimientos como el World Press Photo y el Picture of the Year.
Asimismo, denunció que sólo se preste atención al continente africano cuando hay un español implicado. Por ello, el fotógrafo aseguró que regresará a su casa en Etiopía para continuar escribiendo sobre lo que considera más importante, que es el sufrimiento de las personas, pero aclaró que no tiene prisa y que aún no hay planes definitivos.