La comunión entre los dos grupos mayoritarios fue criticada con dureza por los nacionalistas.
“Esperamos con curiosidad la intervención del PP. A ver cómo sale del papelón que le toca el señor Fidalgo”. Esas fueron las primeras palabras de la portavoz del BNG, Iolanda Veloso, en el pleno de ayer, con las que se resumían también las expectativas de prácticamente todos los medios de comunicación presentes en la sala,a quienes acompañaban trabajadores y representantes sindicales de las contratas de limpieza de los colegios y de las dependencias municipales y de Parques y Jardines. Sin grandes asuntos en el orden del día, el único interés de la sesión plenaria de marzo era conocer la nueva dinámica de debate entre los grupos tras el reciente pacto entre populares y socialistas para la aprobación conjunta de los presupuestos. Así, el interés estaba en saber cuál sería la nueva relación entre PP y PSOE pero también en conocer el nuevo enfoque de la política de los nacionalistas.
La comunión de los dos grupos mayoritarios no se tradujo tanto en la aprobación de las mociones –todas las presentadas por el PP recibieron el apoyo de los socialistas pero no fue así al revés– como en el tono de los discursos y, sobre todo, la creciente animadversión del PSOE hacia la bancada del BNG, y viceversa ya que los nacionalistas acentuaron sus críticas a sus exsocios.
Así, durante el pleno, Veloso utilizó buena parte de su tiempo para criticar el pacto por los presupuestos entre PP y PSOE, algo que también hicieron sus compañeros Xabier Alonso y Santi Domínguez. La portavoz nacionalista arremetió contra la “liquidación” de los organismos autónomos “que caminan hacia una privatización encubierta”, el uso de fondos municipales en el transporte metropolitano o la Ciudad de la Justicia “donde al parecer ya no hay el chantaje que el alcalde denunciaba hasta hace poco” o la “aceptación” por parte del gobierno local de la “privatización de la sanidad –al respecto del nuevo hospital.
Todas las intervenciones de Veloso fueron interrumpidas continuamente por la bancada del PSOE y la nacionalista también recibió reproches por parte de los populares, entre los que Miguel Fidalgo le espetó que “parece que ahora no les gusta el alcalde que ustedes han puesto y critican ahora el compromiso del PP con la ciudad”.
El “compromiso” popular, no obstante, no cambió en exceso el tono de este grupo ya que aunque sí se modificó el tono de las intervenciones, no hubo concesiones ante los autoelogios de Carmela Silva sobre la gestión económica del gobierno local, que fueron duramente criticados por Miguel Fidalgo, ni tampoco dieron su apoyo a la iniciativa del PSOE en la que se proponía la creación de una comisión de seguimiento de las obras del AVE. Por el contrario, el gobierno local sí validó todas las mociones populares y no dirigió ni una sola crítica hacia éstos ya que enfocó todas hacia el BNG.
