Los trabajadores de Grupo Villar Mir se manifestaron ayer en Santiago par reclamar un cambio en el trazado del AVE que no afecte a la mina de Serrabal. Tacharon de 'ridícula' la supuesta presión con el AVE catalán.
En torno a medio millar de trabajadores de las empresas Ramsa y Ferroatlántica, ambas del Grupo Villar Mir, se manifestaron ayer durante casi tres horas por las calles de Santiago y cortaron el tráfico en la Avenida de Lugo y frente a los edificios administrativos de la Xunta para reclamar un cambio de trazado del AVE Santiago-Ourense que no atraviese la mina de Serrabal, propiedad del empresario Juan Miguel Villar Mir. Entre consignas como 'Queremos solución, no indemnización' o 'Touriño, cambia o trazado un pouquiño', los trabajadores finalizaron su protesta ante la sede de la Xunta, donde leyeron un comunicado en el que solicitan al Gobierno gallego 'las gestiones necesarias para paralizar las expropiaciones'.
'La solución es modificar el actual trazado', afirmó a los medios el secretario general de la CIG, Suso Seixo, quien matizó que 'en caso de mantenerlo', la Administración y la empresa 'deben garantizar que para los próximos 30 años no haya problemas ni en la explotación de la mina, ni por parte de las empresas que viven de la transformación del mineral que ahí se extrae'.
Acerca de la posibilidad de que OHL, también propiedad de Villar Mir, presione al Gobierno central con las obras del AVE en Cataluña para lograr una contrapartida en la indemnización por la expropiación de Serrabal, Francisco Javier Blanco, de UGT, estimó 'bastante ridículo' esta hipótesis y advirtió de que 'no cabe en cabeza humana' que se mezclen ambas cuestiones porque 'ningún empresario va a tirar piedras contra su propio tejado'.
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, indicó que, en principio, parece descartarse que sea compatible la explotación subterránea de Serrabal con el paso del AVE, si bien insistió en que es preciso acometer un informe de impacto ambiental.
