Veinte veleros gallegos y asturianos participarán este sábado, 20 de agosto, en la segunda Peregrinación Marítima de Cruceros por la Costa de Lugo, una iniciativa que se suma a otras acciones de la Diputación Provincial para conseguir la declaración oficial del 'Camiño da Costa' como ruta jacobea.
La peregrinación marítima, que partirá de la localidad lucense de Foz, fue presentada esta mañana en ese mismo municipio por el presidente de la Diputación de Lugo, el socialista José Ramón Gómez Besteiro, y el diputado de Economía do Coñecemento, Emprendedores e Innovación, José Ramón Val Alonso.
Gómez Besteiro recordó que el reconocimiento del citado 'Camino de la Costa' es 'uno de los diez compromisos' explicitados por el actual Gobierno local y, de hecho, en el primer pleno del mandato fue aprobada por unanimidad una iniciativa para instar a la Xunta de Galicia a identificar esa ruta jacobea.
Además de promocionar la celebración de esta peregrinación marítima, para la que ya se han inscrito barcos de los puertos de Avilés, Gijón, Ribadeo, Viveiro y Foz, Besteiro también anunció que la Diputación publicará un libro-guía sobre 'el Camino del Mar'.
Se trata de una obra que recopilará las investigaciones del historiador de Foz Xoan Ramón Fernández Pazos, en las que 'se constata' la existencia de esa ruta jacobea, que discurre por los municipios de la costa lucense.
En el acto, Gómez Besteiro también le reclamó a la Xunta de Galicia que 'mejore las instalaciones portuarias de A Mariña', porque el proyecto prometido para ampliar el puerto deportivo de Foz 'lleva doce años paralizado', a pesar de que fue 'una propuesta electoral del Partido Popular'.
Según el presidente de la Diputación, el turismo marítimo podría convertirse en una importante fuente de negocio para la Costa de Lugo, como sucede en la Bretaña francesa, donde da trabajo a 7.500 personas y deja al año 700 millones de euros, pero la dimensión de los puertos deportivos de A Mariña frena las posibles iniciativas empresariales.
Gómez Besteiro recordó que Burela, Foz y San Ciprián tienen puertos deportivos de pequeñas dimensiones, que impiden la entrada de grandes veleros, mientras que las plazas de Ribadeo y Viveiro están cubiertas y hay cientos de embarcaciones en lista de espera para conseguir un amarre.
