A Encanada es un restaurante de cocina tradicional miñota, en la que no faltan las especialidades de la región
Desde su terraza se ve discurrir, muy pausadamente, el río Limia. Casi parece inmóvil, como no queriéndose marchar de las orillas de Ponte de Lima.
A Encanada es un restaurante de cocina tradicional miñota, en la que no faltan las especialidades de la región: el cabrito, la lamprea cuando es la temporada y, por supuesto, el arroz con sarrabulho a la moda de Ponte de Lima, que es el plato por excelencia que no falta de la carta ni un solo día del año. Un plato muy apropiado para tomar en esta época en la que empiezan a entrar los fríos, porque es uno de los más contundentes y calóricos del recetario tradicional de esta villa.
Como el lector habitual ya sabe, yo, en Portugal, intento probar todos los bacalaos que puedo y eso es lo que hice aquí. En este caso era un Bacalhao Cebolada, que se fríe previamente, y luego pasa al horno acompañado de una guarnición de cebolla pasada por la sartén y otros vegetales.
Me sorprendió la magnitud de las postas de bacalao empleadas. Debían proceder de una hoja de bacalao de esas de diez o doce kilos que ya se ven tan solo en contadas ocasiones. A pesar de ello estaba en su punto de sal.
Como suele suceder en la mayoría de los restaurantes portugueses, las raciones son abundantes, por lo que sugiero prescindir de las entradas, salvo que se comparta la ración, porque aquí, además, tienen unos postres que merece la pena probar, entre ellos, la “leite creme”, que es la versión portuguesa de las crema catalana.
Buen servicio, cocina tradicional bien trabajada y un restaurante cómodo, con aparcamiento muy cerca, comida abundante y una relación calidad precio óptima. Y el bacalao y la leite creme, estaban muy buenos.
