EN LETRAS DE MOLDE

En busca del lector cómplice

Hipólito G. Navarro ha vuelto a publicar, doce años después, un libro de relatos, "La vuelta al día"

Hipólito G. Navarro ha vuelto a publicar, doce años después, un libro de relatos, "La vuelta al día" (Páginas de espuma), un género que precisa, según  dijo en una entrevista, "un lector cómplice, que esté muy acostumbrado a la literatura y sea capaz de captar guiños relacionados con cosas previas al propio relato".

Se trata del séptimo libro de este onubense de 1961 que, salvo por una novela, ha consagrado al relato toda su producción literaria, un género en el que se le considera uno de los maestros y al que siempre se ha acercado con planteamientos inauditos, con estructuras sorprendentes, con un sentido del humor totalmente particular y con títulos como "El cielo está López" o "El aburrimiento, Lester".

Navarro ha asegurado que en estos doce años sin publicar ningún libro han coincidido circunstancias familiares con su propia percepción de la ficción literaria: "Creí haberle perdido el gusto a la ficción; era como si me interesara más la realidad, incluso en mis lecturas: me he dedicado más a leer ensayos y memorias".

El autor ha señalado que algunos de los últimos textos de "La vuelta al día" son de marcado carácter autobiográfico, alguno de ellos casi una confesión, y ha asegurado que es posible que este libro contenga los últimos relatos que escriba y que lo que haga en el futuro vayan más en la línea de esos últimos "textos", como él mismo los denomina.

Como en libros anteriores, en estos relatos hay resonancias de lo que Navarro denomina su "Macondo" particular, la Sierra de Huelva, una comarca de la que asegura que también que posee magia o algo parecido y que él mismo lo nota cada vez que regresa, cosa que hace periódicamente como si se tratase de una necesidad física.

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