LA REVISTA

Gastronomía y paisajes seducen a los amantes del tren en Ourense

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photo_camera El Aula do Tren en la estación de Os Peares.

El turismo ferroviario fue inaugurado en España 1963, con el primer congreso de la Federación de Asociaciones de Amigos del Ferrocarril que tuvo lugar en Zaragoza

Esta es la quinta vez que los amigos del ferrocarril de las asociaciones de toda España se reúnen en Galicia. La primera cita fue en 1993, en Santiago, ciudad a la que regresaron en 1999. Los años santos de la última década del siglo pasado fueron los pretextos que animaron a la federación a la cita compostelana. Las otras tres ocasiones tuvieron como justificación efemérides ferroviarias: 2006, en Ourense, el 125 aniversario del ferrocarril Ourense-Vigo; en 2013, el centenario de la llegada del tren a Ferrol, los convocó en la Ciudad Departamental y ahora, en 2017, el 60 aniversario de la línea de Zamora, renueva la vinculación entre la afición ferroviaria española y Ourense.

_vagon_congreso_resultResulta curioso revisar la historia de los 54 congresos anteriores y ver cómo el interés ferroviario ha cambiado a lo largo de los años. Al principio, los aspectos que resultaban más atractivos eran las innovaciones tecnológicas. Mientras en la década de 1960 circulaban las últimas locomotoras de vapor por la red española, oficialmente la tracción vapor acaba el junio de 1975, lo que atraía a los aficionados era ver los Taf, los Ter, primeros trenes automotores rápidos, y “el talgo americano”, como denomina una de las crónicas recogidas en la historia de los congresos, al Talgo II, construido en 1949 por la American Car & Foundry y entregado a España en 1950. Una década después  todavía ejemplificaba el top de la vanguardia tecnológica ferroviaria mundial con diseño español. 
Posteriormente fue en sentido contrario. Así, en 1979, los más de cien congresistas que acudieron a Ponferrada disfrutaron de la última reserva de locomotoras de vapor a carbón que quedaban en España y que finalizarían su vida útil un año más tarde.

Pero independientemente de las vicisitudes relativas a la evolución histórica del material rodante y las infraestructuras, el turismo ferroviario también se orienta hacia otros activos, como la gastronomía, el patrimonio artístico y cultural y el paisaje.

En esta LV edición los congresistas harán un recorrido por las Estaciones Vivas que rescató el Inorde del abandono ferroviario y las dotó de actividades complementarias, como es el Aula do Tren en Os Peares, el museo de Moncho Borrajo en Baños de Molgas o los museos Estanislao Reverter y del Traje Tradicional Gallego en la de Santa Cruz de Arrabaldo. Pero más allá del vínculo entre paisaje y tren, los congresistas catarán vino del Ribeiro en Ribadavia, comerán pulpo en O Carballiño, harán un recorrido en catamarán por los cañones del Sil y viajarán en el tiempo a la Galicia medieval en Vilanova dos Infantes y a la castreña en San Cibrao de Lás. La colección de trenes Fernández Pacheco Outeiriño, única en el mundo por la magnitud y variedad de miniaturas en escala H0, volverá a ser una de las visitas imprescindibles para todo aficionado a los trenes que pise la ciudad de Ourense.

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