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Llega la temporada alta de furanchos con más de cien abiertos

Una mujer disfruta de un vino en un furancho gallego.
photo_camera Una mujer disfruta de un vino en un furancho gallego.

Salnés, Morrazo y área de Vigo concentran el mayor número de furanchos

A partir de San Blas llega el tiempo de los furanchos. Pero la temporada alta comienza con la primavera. En Galicia hay más de ciento cincuenta. La mayoría de ellos abren sus puertas los meses de abril, mayo y junio, con los que completan los tres meses de apertura que autoriza la normativa que rige su funcionamiento. La Semana Santa es para muchos el momento de colgar la rama de laurel en el poste más cercano para anunciar su apertura. De ahí que además de furanchos también se llamen loureiros, denominación preferida en las Mariñas Coruñesas y Terras do Mandeo, que además de ser una reserva de la Biosfera es la frontera norte de este tipo de negocios.

En la actualidad hay furanchos en tres de las cuatro provincias gallegas. Ourense es la única en la que no existe tradición de este negocio informal que se abre para que los cosecheros particulares, aquellos que tienen viñas propias y bodega pero solo para autoconsumo, puedan vender el excedente en su propia casa, o en un alpendre anexo a la misma. La mayoría de los furanchos se encuentra en la provincia de Pontevedra en torno a las comarcas del Salnés y las Morrazo y alrededores de Vigo, municipio en el que abren los primeros del año, con la romería de San Blas. Al igual que los de Moaña, que lo hacen por San Martiño, son la excepción a una mayoría que prefieren primavera. La última provincia en incorporarse al furancheo fue la de Lugo con los que han retomado una tradición histórica en el entorno de la Ribeira Sacra, en A Pobra de Brollón.

La calidad del vino en los furanchos es bastante irregular. Forma parte de la aventura descubrir cuáles son los que tienen la cocina más cuidada y el vino mejor elaborado. Existen algunas guías en internet que nos pueden dar pistas, como la guía furanchín, que sitúa en un mapa la mayoría de los que abren cada temporada, con fotos que ilustran su actividad, nos muestran sus tapas y la decoración, casi siempre muy rústica.

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