LA REVISTA

Moguer: crisol de civilizaciones

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photo_camera Monasterio de Santa Clara.

El recuerdo del descubrimiento sigue presente en el municipio

 

En este bello rincón del suroeste español, crisol de culturas y civilizaciones a lo largo del tiempo, abre sus puertas al visitante una de las localidades más hermosas y con mayores recursos turísticos de Andalucía, una tierra capaz de conjugar miles de años de historia atesorados entre sus monumentos, calles y plazas, con una clara vocación de universalidad.


La destacada participación de Moguer en el Descubrimiento de América, cuyo recuerdo sigue patente en monumentos como el Monasterio de Santa Clara, el mayor edificio histórico de la provincia; la riqueza natural de este municipio, a caballo entre el Parque de Doñana y las playas vírgenes del litoral del Mazagón; la figura del insigne poeta y Premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez convierten sin duda a Moguer en una de las localidades con mayor oferta turística de nuestro país.


Moguer se levanta sobre una colina en la margen izquierda del río Tinto, en la denominada Tierra Llana, a tan sólo 19 kilómetros de Huelva, capital de la provincia, a 80 de Sevilla, a 19 de las playas de Mazagón y muy próximo a las demás playas de la costa onubense.
Rodeado de parajes de indudable belleza, Moguer cuenta en su término municipal para el disfrute de lugares tan incomparables como el Parque Natural de Doñana, la Dehesa del Estero Domingo Rubio, la Laguna de las Madres o Mazagón.


Son varios los monumentos  completan el atractivo turístico del municipio como son: el Monasterio de Santa Clara (monumento histórico–artístico Nacional y de donde parte la historia colombina moguereña); el convento de San Francisco; el Castillo, construcción militar almohade, ampliada y transformada en el XIV, donde se recomienda visitar el Aljibe en el Patio de Armas.


Moguer participó activamente en los preparativos del Descubrimiento de América. Entre sus gentes encontró Cristóbal Colón el apoyo de la abadesa del Monasterio de Santa Clara, Inés Enríquez; el clérigo Martín Sánchez y el hacendado Juan Rodríguez Cabezudo, y sobre todo, de los Hermanos Niño que tuvieron una participación fundamental en el viaje descubridor, y además aportaron su carabela La Niña.

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