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Los productos gallegos que cuestan más de cien euros el kilo

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photo_camera Camarones "king size", cada vez más escasos.

Aunque no llegan a los precios astronómicos de la carne de Kobe, el caviar del caspio o las trufas blancas, Galicia también tiene sus lujos gastronómicos. Asequibles en el pasado, ahora se han convertido en verdaderas rarezas que los sitúan muy por encima del precio de la mayoría de sus hermanos de mar o de tierra.

Pagar más de cien euros por un kilo de camarones podría parecer cosa de ciencia ficción hace unas décadas, cuando era fácil incluso cogerlos con la mano entre las algas en la bajamar de una playa tranquila. Pero hoy es el precio que se paga por los casi inencontrables camarones grandes. El percebe, de buen calibre, puede estar a la par en precio. Aún así, les ganan los santiaguiños. Hoy apenas dejan ver su simpático cuerpo de langosta bonsai con una cruz de santiago por los mercados y pescaderías de Galicia. Y cuando llegan, es difícil ver juntos más de uno o dos kilos, que no bajarán de los 120 euros.La escasez marca sus altos precios, como sucede con las angulas, que pueden llegar a cotizarse a más de 600 euros el kilo en las vísperas de las fiestas de Navidad.


Pero, ¿es la escasez la que determina el precio? No siempre. Si exceptuamos las angulas, los productos gallegos que más alta cotización alcanzan en el mercado están muy lejos de su extinción y no se encuentran en las pescaderías. Son las conservas: Los filetes de anchoa en aceite de oliva de la mejor calidad, superan los 160 euros el kilo, aunque se venden en frascos de 80 gramos. El precio por kilo del caviar de erizo de las rías gallegas, también en lata de 80 gramos,  ronda los 260 euros el kilo. Y los mejillones, pasan de poco más de 2 euros el kilo comprados vivos, a 180 euros, cuando se convierten en una lata de 4 a 6 piezas en escabeche en una lata de 78 gramos de peso escurrido.


La cifra se dispara cuando pasamos a los berberechos grandes. Los 12 a 18 euros que puede costar un kilo con su concha todavía vivos, se convierte en 480 euros cuando la compra se realiza en una tienda de delicatesen y están envasados en una lata al natural.


Y rivalizando con las angulas, y en algunos meses del año más caras que ellas, las almejas de Carril envasadas al natural en conserva alcanzan, según la marca y el fabricante, cifras que superan los 550 euros el kilo.


El mar es la gran despensa gourmet, pero no la única. El buey gallego, cada vez más revalorizado, sobre todo fuera de nuestras fronteras, también llega a superar los cien euros el kilo cuando los solomillos y los chuletones se comen en un restaurante de Madrid o del País Vasco. La crisis no afecta a los alimentos más caros. Solo a los baratos.

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