Hay que reconocer cuando un juego, a pesar de ser de uno de mis géneros favoritos, no ha sabido hacer las cosas bien. Las intenciones de “Solium Infernum”, son muy buenas. La estética es muy interesante y se podría haber logrado hacer un título de los más atractivo, por desgracia, a la hora de jugarlo, no es tan entretenido como debiera serlo.
Como en muchos otros juegos de estrategia, las partidas son o bien contra otros jugadores o contra IAs. La partida empieza eligiendo nuestro demonio, que será el coronel que orqueste la batalla y que tendrá cualidades únicas, en cuanto a tropas y habilidades. Una vez elegido, comenzaremos la partida con una tropa y un castillo.
Los turnos son al unísono, lo que quiere decir que todos los jugadores enviarán sus acciones y a continuación se llevarán a cabo, teniendo prioridad el regente, título que recibirá el demonio con un mayor prestigio. Si bien esto hace que se compliquen las partidas por no saber las intenciones de los rivales, hace que cada turno se haga muy largo.
Además de los combates habituales y la diplomacia, hay muchas más mecánicas, solo que requieren de realizar el tutorial, pues son poco intuitivas.
