La celebración del Santo Cristo se vio deslucida por el mal tiempo, que no arredró, sin embargo, a los vecinos de la Laza a festejar una de las citas más tradicionales del año. El "maio" lucía ya desde la semana pasada
El retraso, al coincidir el tres de mayo en martes, jugó una mala pasada a los vecinos de Laza y a todos aquellos que en el día de ayer se acercaron hasta la localidad para vivir de cerca otra de las celebraciones emblemáticas de esta villa ourensana: la festividad del Santo Cristo. Sin embargo,la lluvia no restó espectacularidad a una de las fiestas más tradicionales, y en este caso, de un alto contenido religioso con el que se pretende rendir culto a la primavera y a los productos locales.
Los actos comenzaron pasadas las once de la mañana, con el recorrido de los seis danzantes en busca de Eva (personaje que este año ejercía Laura Pérez Blanco) a una casa cercana a la plaza de la Picota. Ataviada con el traje típico e hilando muy seria, acompañó a los danzantes -vestidos de blanco, con una faja roja y una banda azul celeste, provistos de castañuelas y dos de ellos portando sable y espada- y a su Adán para posteriormente participar en la procesión.
Y a la puerta de la iglesia la comitiva aguardó a que saliesen las imágenes, recibidas con el baile que acabó repitiéndose durante el recorrido. No faltó tampoco el consabido sacrificio de Isaac y la lucha de moros y cristianos protagonizada por los bailarines. Por la tarde se repitieron los bailes de Eva, su Adán y los figurantes, para dar paso a la música con la tradicional sesión tarde noche.
Sin embargo, las celebraciones habían comenzado ya una semana antes, el 30 de abril tuvo lugar una participativa churrascada previa a la salida en la búsqueda del "maio", el pino de más de 30 metros de altura que el domingo día uno acabó siendo levantado -y así lucía en el día de ayer- en el campo do Lilí.
