crónica

La tómbola en la que siempre toca

tombola_result
photo_camera El obispo, monseñor Lemos Montanet, no quiso perderse la oportunidad de visitar la tómbola.

Casi una década después de que la vieja estructura metálica abandonase la calle Lisa, y sin celebrarse, los verinenses dispusieron de nuevo de la emocionante tómbola de caridad, donde el premio estaba asegurado.

Ernesto Crespo era mi tío postizo, aunque su afecto y su cartera, que vaciaba a cambio de papeletas en el Lázaro en los primeros años de los ochenta y en aquella oxidada tómbola- me habían ganado para la causa afectiva como si fuese de su misma sangre. Pisar la calle Lisa y comprobar como la gentileza de Paco y Ángel (ambos de Feces y propietarios del bajo en el que se estableció este año) propició la reapertura de la siempre espectacular tómbola de caridad, me hizo revivir aquellos días de su mano, y los subidones de esperar a abrir la papeleta y destapar la solapa de su sobre por si caían los 100 puntos, ¡nada menos! Mari Chus, Begoña, Encarna, Marisa, Mari Carmen Arce, Paloma, Chus, Cristina, Emi, Carmiña, Marujita, Alejandra, Adriana, Jaime y Mari Carmen hicieron posible el resto, el de atender a los numerosos verinenses que decidieron jugársela por los más desfavorecidos y siempre apostando a caballo ganador -¡aquí siempre toca, oiga!- entre la multitud de objetos donados por particulares pero por también muchísimos establecimientos comerciales colaboradores de la iniciativa. Los números, en este caso, cuadran, y la satisfacción fue mayúscula en el recuento final de los dineros. Porque a los 3.200 euros que se recaudaron con la venta de las papeletas con opción a premio directo o las que permitían canjear los puntos de su interior por artículos, se les suman los 1.500 euros recaudados en las ventas de las rifas que permitirán a dos pares de afortunados, bien disfrutar de una estancia en uno de los balnearios del grupo Caldaria, bien disfrutar una noche en un hotel de la península ibérica, esta última donada por una agencia que no quiso aprovechar la ocasión para hacerse mayor publicidad. 

La venta de papeletas  en el Lázaro permitió recaudar más de 3.200 euros para los necesitados

Los más deseados lo fueron los fabulosos cuadros y obras de artistas como Xosé Rivada, Fernando Barreira, Leonardo Vidal, Andaga, Benigno González y Manoli Sánchez, tan cotizados como lo llegó a ser un jamón: ¡¡Todo a 900 -puntos-!! 

La tómbola de Cáritas abrirá unos días más, como también lo hizo ayer por la mañana aprovechando que la feria del tres pasaba por Verín y los primeros de mes invitan al gasto y puede que a alguna donación. Aunque muy pocos pudieron tentar a la suerte -divina, en esta caso-, al tener la práctica totalidad de las papeletas de puntos, 5.000, agotadas. Ahora, seguirá tocando repartir lo conseguido entre los más necesitados de la comunidad, que agradecerán, sin duda el esfuerzo de unos y las ganas de tentar al azar de muchos en esos días del pasado Lázaro. 

Te puede interesar