Los socialistas ganan para repetir en Lisboa, mientras un candidato independiente se hace con la alcaldía de Oporto

Castigo al partido del Gobierno luso y oxígeno al socialismo en las locales

Un grupo de personas ejerce su derecho al voto en uno de los colegios electorales de Lisboa. (Foto: MIGUEL A. LOPES)
Las elecciones locales de Portugal dictaron ayer un severo castigo al gobernante Partido Social Demócrata (centro-derecha, PSD) y dieron oxígeno a los socialistas, principal partido opositor, que ganó en votos y alcaldías.
Con una alta abstención del 40%, en línea con la del 2009, los electores penalizaron al PSD con pérdidas de emblemáticas plazas como la de Oporto, la segunda ciudad más importante del país ganada por el independiente Rui Moreira, o con un duro revés en la capital, Lisboa, vencida por goleada por el socialista António Costa.

Los dos grandes partidos lusos, que midieron fuerzas por primera vez desde las legislativas anticipadas de junio del 2011, un mes después de que Portugal firmase un rescate internacional, obtuvieron resultados dispares.

Con cerca de un 50% de los votos escrutados, el Partido Socialista (PS) pasó del 37% de las municipales del 2009 a casi el 40% de estas últimas, mientras que el PSD, que se presentó a varias alcaldías en coalición con los democristianos, bajó del 34% al 30% de respaldo electoral.


VOTO DE CASTIGO

A pesar de que los socialdemócratas han evitado hacer lecturas a nivel nacional y a la espera de que complete el recuento electoral, el resultado de las elecciones deja un poso de castigo a la política de austeridad del Gobierno liderado por Pedro Passos Coelho aplicada a cambio de recibir el préstamo internacional de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En los cuarenta años de democracia en Portugal, sólo los comicios locales de diciembre del 2001, saldados con un batacazo del entonces gobernante PS, precipitó la caída de un Gobierno, del del socialista António Guterres.

'Es una derrota que asumo personalmente. No es del partido, no es de nadie que me haya aconsejado mal. Es mía, personal', aclaró un abatido Luís Filipe Menezes, perdedor contra todo pronóstico del bastión del PSD, Oporto. Menezes, que había arrasado los últimos 16 años como regidor de la aledaña Vila Nova de Gaia, la tercera ciudad más poblada de Portugal, fue superado por Rui Moreira, la mayor sorpresa de la noche electoral, y también por el candidato socialista Manuel Pizarro. Comentarista deportivo y regatista, Moreira, de 57 años, se convierte en el primer candidato independiente y sin pasado político conocido en vencer una gran urbe en Portugal, aupado por su popularidad basada en su intensa vida social y en su afición al club de fútbol de Oporto.

El castigo al PSD se extendió a la propia Vila Nova de Gaia, donde vencían los socialistas, y a Sintra, la segunda ciudad más poblada del país, en la que el PS y un independiente estaban en empate técnico.

En Lisboa, la robusta victoria del exministro António Costa, la tercera consecutiva, fue acogida con naturalidad, mientras que su oponente, Fernando Seara (PSD), reconoció su derrota pero prometió vigilar el mandato de Costa, que camina hacia su tercer mandato en la capital de Portugal.

El proceso electoral transcurrió con normalidad y sólo se registraron esporádicos actos de boicot en algunos colegios electorales por la reorganización administrativa que dicta la supresión de cerca de 1.000 juntas de distrito.

Te puede interesar