El bloque conservador de la canciller alemana, Angela Merkel, y el Partido Socialdemócrata suscribieron ayer un acuerdo de gobierno de coalición marcado por el gasto social, sin subida de impuestos y sin incremento de deuda.
Merkel protagonizó una rueda de prensa en Berlín junto al secretario general del SPD, Sigmar Gabriel, y el líder de los conservadores bávaros de la CSU, Horst Seehofer. Más de dos meses después de los comicios y tras más de un mes de negociaciones, los tres presentaron el acuerdo de 185 páginas cerrado de madrugada, en el que consiguieron engarzar los principales compromisos electorales de sus respectivos partidos.
'Yo estoy tranquila y hago mi trabajo', señaló Merkel. El SPD destacó por su parte su confianza en Merkel tras la inclusión en el acuerdo de su promesa estrella en campaña: un salario mínimo de 8,5 euros la hora que se plasmará en una ley en 2005, aunque podrá haber un periodo de transición de dos años. Además, el SPD logró también que Merkel aceptara la doble nacionalidad para los hijos de inmigrantes nacidos en Alemania, un proyecto largamente demandado por la amplia comunidad turca residente en el país.
El pacto de gobierno dedica varias páginas a la crisis europea y ratifica que la consolidación fiscal debe extenderse a toda la UE, que tiene que mantener las reformas y compaginar esa austeridad con 'inversiones sostenibles. Berlín no desea una unión de las deudas, sino una unión de la estabilidad', subrayó Merkel.
Los líderes no ofrecieron una cifra global del gasto que supondrán los compromisos adquiridos, que los medios alemanes sitúan entre los 20.000 y los 23.000 millones de euros.
También recoge el pacto un capítulo energético, en el que se ratifica el 'apagón nuclear' para 2022 y se establece que las energías renovables deberán suponer entre el 55 y el 60 por ciento del total en 2030.
Será la segunda vez que Merkel lidere una gran coalición, fórmula que ya encabezó en su primera legislatura y que supuso para el SPD una sangría de votos en las siguientes elecciones generales.
'Yo estoy tranquila y hago mi trabajo', señaló Merkel. El SPD destacó por su parte su confianza en Merkel tras la inclusión en el acuerdo de su promesa estrella en campaña: un salario mínimo de 8,5 euros la hora que se plasmará en una ley en 2005, aunque podrá haber un periodo de transición de dos años. Además, el SPD logró también que Merkel aceptara la doble nacionalidad para los hijos de inmigrantes nacidos en Alemania, un proyecto largamente demandado por la amplia comunidad turca residente en el país.
El pacto de gobierno dedica varias páginas a la crisis europea y ratifica que la consolidación fiscal debe extenderse a toda la UE, que tiene que mantener las reformas y compaginar esa austeridad con 'inversiones sostenibles. Berlín no desea una unión de las deudas, sino una unión de la estabilidad', subrayó Merkel.
Los líderes no ofrecieron una cifra global del gasto que supondrán los compromisos adquiridos, que los medios alemanes sitúan entre los 20.000 y los 23.000 millones de euros.
También recoge el pacto un capítulo energético, en el que se ratifica el 'apagón nuclear' para 2022 y se establece que las energías renovables deberán suponer entre el 55 y el 60 por ciento del total en 2030.
Será la segunda vez que Merkel lidere una gran coalición, fórmula que ya encabezó en su primera legislatura y que supuso para el SPD una sangría de votos en las siguientes elecciones generales.
