Portugal continúa expectante ante el inicio de las conversaciones entre los partidos lusos, proceso en el que todavía faltan por definir plazos y participantes y de cuyo resultado depende la solución a la crisis de Gobierno.
La mayoría de líderes políticos mantuvieron ayer un prudente silencio mientras la tensión crece a su alrededor, después de que el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, les pidiera rapidez para sentarse a negociar y los mercados volvieran a castigar la deuda con mayores tasas de interés. Incluso los democristianos del CDS-PP, socios del Ejecutivo conservador, decidieron desconvocar su congreso nacional previsto para el próximo fin de semana, debido a la situación de incertidumbre en la que está sumido el país.
Mientras los partidos mayoritarios guardaron silencio, los grupos de extrema izquierda hablaron públicamente. Desde el marxista Bloque de Izquierda, Joao Semedo, aseguró que su grupo no tiene intención 'de formar parte de la familia de la troika', criticando a conservadores y socialistas por acordar las draconianas condiciones del rescate financiero concedido en 2011.
Por su parte, los comunistas defendieron la utilidad de la moción de censura, iniciativa anunciada el viernes por el grupo ecologista Los Verdes, de la próxima semana para ayudar a clarificar la postura de cada partido de cara a la opinión pública.
Mientras los partidos mayoritarios guardaron silencio, los grupos de extrema izquierda hablaron públicamente. Desde el marxista Bloque de Izquierda, Joao Semedo, aseguró que su grupo no tiene intención 'de formar parte de la familia de la troika', criticando a conservadores y socialistas por acordar las draconianas condiciones del rescate financiero concedido en 2011.
Por su parte, los comunistas defendieron la utilidad de la moción de censura, iniciativa anunciada el viernes por el grupo ecologista Los Verdes, de la próxima semana para ayudar a clarificar la postura de cada partido de cara a la opinión pública.
