Francia insiste en rechazar a los miles de tunecinos que intentan entrar en los trenes italianos

La UE avala el bloqueo francés a la inmigración desde Italia

Un inmigrante recibe comida en la iglesia de San Andrés de Escocia, en Roma. (Foto: MASSIMO PERCOSSI)
París intenta evitar que aumente la tensión diplomática con Roma surgida tras la concesión en Italia de permisos temporales de residencia a miles de inmigrantes tunecinos, pero insistió en que solo dejará atravesar sus fronteras a quienes tengan suficientes recursos financieros. El ministro francés del Interior, Claude Guéant, contestó de esa manera al titular italiano de Exteriores, Franco Frattini, quien calificó de 'sorprendente' la decisión gala de bloquear el domingo durante unas horas el tránsito de trenes entre la localidad italiana de Ventimiglia y la gala de Menton.
Según Frattini, Francia teme una avalancha de inmigrantes llegados de Túnez y por ello puso en riesgo los principios de la Europa sin fronteras internas, ya que 'si la situación continuase así, sería mejor decir que se pasa página sobre la libre circulación'. El Gobierno de Italia pidió a su embajador en París que presente una protesta formal. Al mismo tiempo, manifestó la esperanza de que el contencioso se pueda solucionar antes de la cumbre bilateral que reunirá en Roma el próximo 26 de abril al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y al jefe de Gobierno italiano, Silvio Berlusconi.


LIBRE CIRCULACIÓN

Mientras tanto, la comisaria europea del Interior, Cecilia Malmström, señaló que Francia no vulneró la normativa comunitaria en relación con la libre circulación de ciudadanos ya que, según explicaron las autoridades galas en una carta remitida a la Comisión Europea, se decidió actuar de esa manera 'por razones de orden público'. Y es que Francia argumentó que la decisión de interrumpir el tránsito de trenes se tomó para evitar incidentes, ya que unas 300 personas organizaron una manifestación a la que llamaron 'tren de la dignidad'. En este primer análisis de la Comisión a partir de la documentación aportada por Francia, Malmström dijo no haber encontrado irregularidades y descartó que esto signifique 'el fin de Schengen'.

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