La UE espera mucho de Obama, pero ambas partes pueden sufrir desilusiones

El presidente electo de EE.UU., Obama. (Foto: David Maxwell)
La Unión Europea espera la toma de posesión de Barack Obama para lanzar una nueva relación con EEUU y afrontar juntos los principales retos mundiales, pero las exigencias son tan amplias que ambas partes parecen destinadas a sufrir desilusiones.
Desde el cierre de Guantánamo hasta el conflicto de Oriente Medio, pasando por el cambio climático o el estímulo a la economía, las necesidades para la cooperación entre Bruselas y Washington son muy amplias, pero también las de sufrir desengaños, más aún teniendo en cuenta las 'exageradas' expectativas que Obama genera en Europa, según coinciden varias fuentes.

La presidencia checa de la UE intenta organizar una reunión con Obama durante el viaje que éste hará a Europa con motivo de la cumbre de la OTAN de comienzos de abril a fin de lanzar cuanto antes la nueva cooperación, en la que la Unión quiere ser el socio estratégico a nivel mundial que no fue para George W. Bush.

Para entonces ambas partes pueden haber avanzado ya en uno de los primeros asuntos, y tal vez el más simbólico: el cierre del centro de detención de Guantánamo y el apoyo europeo a EEUU para reubicar a los internos.

Obama podría anunciar el cierre de Guantánamo incluso en su primera semana de mandato y los ministros de Exteriores comunitarios ya tienen la cuestión en la agenda de su reunión del próximo día 26 en Bruselas, justo cuando acabe esa semana.

El cierre de Guantánamo 'sería una señal de que EEUU abandona el concepto de la guerra contra el terrorismo y apuesta por el enfoque europeo basado en el estado de derecho' y en basar la lucha antiterrorista en la acción policial y judicial, no en el Pentágono, señaló a Efe una fuente comunitaria.

Sin embargo, Daniel Gros, director del Centro de Estudios Políticos Europeos, con sede en Bruselas, advierte de que la ayuda europea puede ser muy limitada, ya que muchos de los detenidos 'son peligrosos, aunque no haya suficientes pruebas para juzgarlos'.

Gros recuerda que, más allá de las declaraciones positivas de varios jefes de Gobierno o ministros europeos, el titular alemán del Interior, Wolfgang Schauble, ya ha dicho que no quiere en el país a esos detenidos 'y lo mismo pasa en otros países' de la UE.

Afganistán se presenta como otro posible punto de disputas entre los europeos y la nueva Administración de Obama, ya que éste ha anunciado que quiere un fuerte incremento del número de soldados en ese país.

Muchos países europeos han sido reticentes hasta ahora a enviar más tropas a suelo afgano o a permitir que las ya presentes en zonas menos violentas sean desplazadas por la OTAN a las regiones más conflictivas, y si no cambian de actitud pueden causar una seria decepción en Washington.

'Obama puede esperar mucho de los europeos en algo que éstos podrían no responder', advierte Gros, quien propone seguir atentamente si los europeos responden unidos o de forma individual.

Irán y Oriente Medio son otros dos asuntos donde puede haber grandes avances y fuertes decepciones.

Ahora mismo, 'nadie puede impedir a Irán fabricar un arma nuclear si realmente desea hacerlo', según este analista, quien prevé disensiones si EEUU se decide por un ataque preventivo, una opción rechazada de antemano en Europa.

Y en Oriente Medio, se espera que el nuevo presidente busque la paz de forma más ambiciosa, pero está por ver si adopta una postura más firme ante Israel que la de Bush durante la actual ofensiva de Gaza.

Las cuestiones ambientales y la lucha contra el cambio climático ofrecen tal vez las mejores perspectivas de cooperación, ya que se han convertido en una de las claves de Barack Obama.

La UE tiene también esperanzas de mejoras en asuntos como lucha antiterrorista y cooperación policial.

Los europeos quieren negociar con EEUU un acuerdo sobre protección de datos jurídicamente vinculante para ambas partes, que Bruselas quiere desde hace años frente a la resistencia de la parte norteamericana.

Si se logra ese acuerdo, se podría avanzar en asuntos como un mayor intercambio de información entre agencias policiales o sobre los pasajeros aéreos.

Responsables de la UE viajarán a Washington a mediados de marzo para sentar las bases de estos planes y avanzar en la cuestión de Guantánamo.

En economía, Bruselas espera continuar la cooperación con EEUU en la reforma del sistema financiero internacional, en la que los europeos buscan un sistema normativo más estricto y no está claro que Washington quiera ir tan lejos como ellos, según varias fuentes.

Antes de llegar a la Casa Blanca, Obama ha pedido al Congreso un amplio paquete de estímulo económico de 825.000 millones de dólares, mientras que el esfuerzo europeo será mucho más pequeño y puede decepcionar en Washington, apunta la fuente diplomática.

Con EEUU en medio de una seria recesión y las dos cámaras del Congreso bajo el sólido control del Partido Demócrata, hay algunos funcionarios comunitarios que temen de Washington un aumento de las medidas proteccionistas, lo que podría originar nuevas disputas en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

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