El centro de Bogotá se vio sacudido anoche por dos bombas, con el resultado de dos heridos en una acción que la policía colombiana atribuyó a la guerrilla de las FARC, mientras otro explosivo detonaba en la frontera con Ecuador.
Tras señalar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como responsable, el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Rodolfo Palomino, ofreció una recompensa de unos 9.500 dólares por información que permita capturar a los autores.
'Lamentablemente las FARC nos han puesto dos petardos en el centro de Bogotá causando daños a los vidrios de los establecimientos de comercio', dijo el oficial desde la zona del ataque.
Asimismo confirmó que ya capturaron a cuatro personas que están siendo investigadas por su presunta participación en el atentado.
Palomino aseguró que las dos personas heridas eran un hombre y una mujer que caminaban por la zona del suceso y que un tercer artefacto fue desactivado en ese sector por expertos artificieros de la Policía.
Tras comentar que 'por fortuna a esa hora estaban cerrados casi todos los establecimientos y había baja circulación de personas', argumentó que en marzo pasado algunos comerciantes del centro de la capital denunciaron que los rebeldes los estaban extorsionando al exigirles el 10 por ciento de sus ventas.
En aquellas fechas una bomba de mediana potencia estalló en la zona y resultaron heridas tres personas.
Palomino añadió que las bombas habían sido depositadas en cubos de basura y pidió a 'los bogotanos que estén atentos a este detalle, que no permitan que se abandonen objetos o bolsas de desechos frente a sus sitios de trabajo y vivienda y que denuncien cualquier situación sospechosa'.
Desde el lugar de los hechos, el oficial indicó que la onda expansiva causó daños en unos 30 comercios y que afortunadamente no se habían registrado víctimas mortales en los ataques perpetrados en la capital colombiana en torno a las 20.20 horas del miércoles (01.20 gmt).
En esa zona de Bogotá están ubicados varios juzgados y en la actualidad unos 30.000 funcionarios judiciales están en huelga para exigir al Gobierno mejoras salariales.
Mientras tanto, un explosivo de mediana potencia detonó frente a la entidad promotora de salud (EPS) Salucoop en el municipio de Ipiales, cerca de la frontera con Ecuador, causando destrozos en ventanales y pánico en una clínica cercana, informó Caracol Radio.
En Ipiales, donde resultaron dañadas varias viviendas, las autoridades han convocado para hoy un consejo de seguridad para analizar la situación, agregó la emisora colombiana.
Estos ataques se producen dos días después de que otro explosivo estallara en la Avenida Caracas, también en el centro de Bogotá, sin víctimas y en medio de las denuncias del servicio de inteligencia sobre la infiltración de las FARC en las universidades del país.
El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) reveló el martes un plan de esa guerrilla para introducir infiltrados en universidades y colegios con el fin de convencer a los jóvenes para que ingresen a las filas de las milicias urbanas.
El último atentado con víctimas perpetrado en Colombia ocurrió el pasado 1 de septiembre, cuando un coche bomba estalló frente al Palacio de Justicia de la ciudad de Cali y causó la muerte a cuatro personas y heridas a otras 27.
En aquella ocasión, el Gobierno también culpó a las milicias urbanas de las FARC y ofreció hasta 207.000 dólares (142.000 euros) de recompensa a quien facilitara información para capturar a los autores del atentado.
'Lamentablemente las FARC nos han puesto dos petardos en el centro de Bogotá causando daños a los vidrios de los establecimientos de comercio', dijo el oficial desde la zona del ataque.
Asimismo confirmó que ya capturaron a cuatro personas que están siendo investigadas por su presunta participación en el atentado.
Palomino aseguró que las dos personas heridas eran un hombre y una mujer que caminaban por la zona del suceso y que un tercer artefacto fue desactivado en ese sector por expertos artificieros de la Policía.
Tras comentar que 'por fortuna a esa hora estaban cerrados casi todos los establecimientos y había baja circulación de personas', argumentó que en marzo pasado algunos comerciantes del centro de la capital denunciaron que los rebeldes los estaban extorsionando al exigirles el 10 por ciento de sus ventas.
En aquellas fechas una bomba de mediana potencia estalló en la zona y resultaron heridas tres personas.
Palomino añadió que las bombas habían sido depositadas en cubos de basura y pidió a 'los bogotanos que estén atentos a este detalle, que no permitan que se abandonen objetos o bolsas de desechos frente a sus sitios de trabajo y vivienda y que denuncien cualquier situación sospechosa'.
Desde el lugar de los hechos, el oficial indicó que la onda expansiva causó daños en unos 30 comercios y que afortunadamente no se habían registrado víctimas mortales en los ataques perpetrados en la capital colombiana en torno a las 20.20 horas del miércoles (01.20 gmt).
En esa zona de Bogotá están ubicados varios juzgados y en la actualidad unos 30.000 funcionarios judiciales están en huelga para exigir al Gobierno mejoras salariales.
Mientras tanto, un explosivo de mediana potencia detonó frente a la entidad promotora de salud (EPS) Salucoop en el municipio de Ipiales, cerca de la frontera con Ecuador, causando destrozos en ventanales y pánico en una clínica cercana, informó Caracol Radio.
En Ipiales, donde resultaron dañadas varias viviendas, las autoridades han convocado para hoy un consejo de seguridad para analizar la situación, agregó la emisora colombiana.
Estos ataques se producen dos días después de que otro explosivo estallara en la Avenida Caracas, también en el centro de Bogotá, sin víctimas y en medio de las denuncias del servicio de inteligencia sobre la infiltración de las FARC en las universidades del país.
El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) reveló el martes un plan de esa guerrilla para introducir infiltrados en universidades y colegios con el fin de convencer a los jóvenes para que ingresen a las filas de las milicias urbanas.
El último atentado con víctimas perpetrado en Colombia ocurrió el pasado 1 de septiembre, cuando un coche bomba estalló frente al Palacio de Justicia de la ciudad de Cali y causó la muerte a cuatro personas y heridas a otras 27.
En aquella ocasión, el Gobierno también culpó a las milicias urbanas de las FARC y ofreció hasta 207.000 dólares (142.000 euros) de recompensa a quien facilitara información para capturar a los autores del atentado.
