La entrada de Verín por la carretera hacia Ourense, en el barrio de San Lázaro, es un peligro constante para los peatones, y no digamos para quienes tienen movilidad reducida o se ven obligados a usar sillas de ruedas, principalmente al anochecer. Tanto el Concello de la villa como el organismo titular de la carretera N-525, deberían pensar en una solución como unas pequeñas barandillas o bolarlos por donde está el arcén, lo cual podría evitar una desgracia.
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Lalo Busons
26/dic./17 - 09:58
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