El 80% son inmigrantes que no encuentran trabajo y el 20% restante, vecinos del entorno sin empleo

El número de personas que atiende Cáritas de Carballiño se duplicó durante el último año

En la casa parroquial están las oficinas y el almacén de ropa y alimentos.  (Foto: Martiño Pinal)
Los responsables de Cáritas de Carballiño mostraron ayer su preocupación por el incremento de personas que se encuentran ‘no límite da pobreza’. En el último año, el número de familias a las que prestan diferentes ayudas se ha duplicado, alcanzado las 98 (con un total de 242 miembros). El 80% son inmigrantes que no encuentran trabajo y el 20% restante son vecinos del entorno que se han quedado sin empleo. El párroco de Carballiño considera que esta situación es una consecuencia de la crisis económica.
La agrupación de Cáritas en Carballiño ha duplicado en el último año el número de personas a las que está prestando diversa ayuda y que, según el párroco, José Benito Sieiro, ‘están no límite da pobreza’. En la actualidad, son en total 98 familias, con 242 personas, de las que un alto porcentaje son niños, las que de una u otra forma no tienen cubiertas sus necesidades más básicas y recurren a Cáritas.

El 80% son inmigrantes procedentes de distintos países de América y también de Marruecos. El 20% restante son vecinos de la villa y localidades del entorno, que se han quedado sin trabajo. En opinión de José Benito Sieiro, ‘a crisis económica é o principal motivo, porque os inmigrantes cando chegan non atopan traballo e, ademais, tamén se están producindo moitos despidos de xente de aquí’. La construcción y la hostelería son los sectores con más despidos en el último año, según ha constatado Cáritas. ‘Tamén hai xente no paro que traballaba na fábrica de madeira que ardeu en Piñor’, señaló el párroco.

Presupuesto La agrupación dispone de 9.500 euros de presupuesto anual, que obtiene de la recolecta del primer domingo de cada mes en la iglesia y de las donaciones de los feligreses. De esta forma, los voluntarios se las ingenian para ayudar a estas personas, ya sea con el reparto este último año de 9.500 kilos de alimentos procedentes de la Comunidad Europea, a los que añadieron 1.000 kilos más pagados con fondos propios, además de la distribución de ropa donada por los vecinos y aportaciones para el alquiler de viviendas y compra de medicamentos. ‘Temos unha farmacia e unha tienda de alimentación onde collen o que necesitan e despois paga Cáritas’, apuntó el sacerdote.

Con el fin de que esta labor resulte eficaz, la agrupación entrevista a cada solicitante para conocer sus necesidades y prestarle la ayuda necesaria en cada caso. Todos los datos quedan reflejados en fichas, que están archivadas en las oficinas ubicadas en la casa rectoral, en cuyo bajo también se almacena la ropa y los alimentos.

José Benito Sieiro considera que la dificultad mayor radica en buscarles empleo, si bien matizó que ‘o ano pasado conseguimos traballo a 10 persoas para cuidar anciáns, algúns deles inmigrantes, porque agora é unha das poucas saídas que lles quedan’.


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