La primera fase del proyecto de creación del Museo do Papel en la antigua fábrica de A Lavandeira, en Carballiño, fue ejecutada sin la pertinente documentación administrativa sobre la titularidad de los terrenos y la cesión de éstos a la Xunta para desarrollar las obras. Esta situación de irregularidad fue detectada por el actual equipo municipal de gobierno, que indaga sobre los pormenores de todo el proceso, promovido por las anteriores autoridades municipales en 2008 con una financiación de 600.000 euros del Gobierno autonómico.
'Nestes intres non sabemos nin de quén son os terreos nin cómo non aparece asinado ningún convenio de cesión á Consellería de Medio Ambiente para licitar e adxudicar as obras hai tres anos', señala el alcalde, Argimiro Marnotes. Por este motivo, el Concello no se hará cargo del restaurado edificio de la antigua fábrica de papel hasta tener los correspondientes informes técnicos que posibiliten la legalización de aquéllas.
El regidor carballiñés recuerda que 'os terreos da Labandeira non foron rexistrados á nome do Concello cando se mercaron, e por iso pesa sobre eles un embargo xudicial contra os anteriores propietarios'.
Los trabajos de la primera fase consistieron en la rehabilitación del inmueble de la fábrica y de las canalizaciones y depósitos donde se lavaban y prensaban las telas que luego secadas se convertían en papel.
El proyecto, diseñado por el prestigioso arquitecto carballiñés Manuel Gallego Jorreto, contempla otras dos fases para una sala de exposiciones y una cafetería. Su continuidad es una incógnita por la ausencia de inversiones.
El regidor carballiñés recuerda que 'os terreos da Labandeira non foron rexistrados á nome do Concello cando se mercaron, e por iso pesa sobre eles un embargo xudicial contra os anteriores propietarios'.
Los trabajos de la primera fase consistieron en la rehabilitación del inmueble de la fábrica y de las canalizaciones y depósitos donde se lavaban y prensaban las telas que luego secadas se convertían en papel.
El proyecto, diseñado por el prestigioso arquitecto carballiñés Manuel Gallego Jorreto, contempla otras dos fases para una sala de exposiciones y una cafetería. Su continuidad es una incógnita por la ausencia de inversiones.
