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Apoteosis final del Ouren Sound Fest en Monterrei

photo_camera Las Tanxugueiras conquistaron este sábado el Ouren Sound Fest pese a la lluvia. El trío gallego volvió a demostrar su magnetismo con el público ourensano.
Las Tanxugueiras volvieron al Ouren Sound Fest y desafiaron a la lluvia arropadas por una multitud en su gran final, siendo el gran momento de una noche llena de aplausos para Shinova, Sidonie, Valira y Carmona en el complejo de Monterrei.  

Andaba el listón alto en el complejo de Monterrei después de la jornada del viernes, pero la legión que acompaña a Tanxugueiras allá donde actúen se encargó de dejarlo unos centímetros más arriba.

Se adelantó un par de horas la apertura de las puertas en la tarde del sábado, y a la hora en la que los británicos toman el té ya se podían ver a los primeros fieles sobre el césped del recinto deportivo, retando al viento y las nubes que amenazaban con mojar el césped; cosa que ocurrió un par de horas después.

La música de espíritu mediterráneo fue la encargada de alzar el telón de la mano de Valira. Pusieron sobre la mesa sus dos trabajos, “Supernova” y “Ecos de Aventura”, en los 50 minutos de los que dispusieron durante su única parada en Galicia de la gira que están realizando. El grupo ha incorporado cierta electrónica a sus guitarras eléctricas, buscando quizá acomodarse a una acústica festivalera, pero que sienta bien, a juicio del público.

La apoteosis

Valira dejaba el escenario, y mientras la Duendeneta amenizaba el intercambio de bandas, empezó a juntarse frente al Escenario DepOu la mayor cantidad de público de todas las actuaciones. Porque a las 20,20 horas, comenzaron a sonar las panderetas, y el festival alcanzó su apoteosis. Quiso la casualidad que fuese también el momento donde el cielo, que se había ido oscureciendo a lo largo de la tarde, rompió a llover, lo que hizo que un mar de paraguas recibiese al trío de pandereteiras que todos habían ido a ver. Han pasado dos años desde que “Terra” lanzara a las Tanxugueiras más allá de las fronteras gallegas y, desde ese momento, su combinación de cantos tradicionales con la electrónica ha reclutado miles de seguidores. Ourense no fue una excepción, y en su regreso al festival se encontraron con todas las gargantas coreando sus temas. Aida, Olaia y Sabela no dejaron de agradecer entre tema y tema la fidelidad del público, al que se les hizo corto el tiempo de las pandereteiras sobre el escenario, e hicieron petición de algún “bis”.

Se enfrió un poco el ambiente tras la despedida del trío, y correspondía a los vascos Shinova continuar con la tarde. Los rockeros han sido número 1 en España, y demostraron fuerza en sus temas más conocidos, haciendo honor al significado de su nombre, “nueva energía”, y regalando las púas de sus guitarras a los más fieles. Cuando finalizaron su turno, habían pasado las once de la noche y varios chaparrones, trocando las camisas de colores por chubasqueros y paraguas. El público, como la marea, volvió a crecer para el momento de la despedida, que correspondía al cuarto peso pesado de esta novena edición del Ouren Sound Fest. 

La hermandad

Sidonie es uno de los grupos que más han crecido en esta época de auge para los festivales de música. Son su territorio, y se mueven en ellos como pez en el agua. Monterrei no fue una excepción al estilo refinado que destila el grupo. Suya fue la segunda estampa de la noche, con todo el público palmas en alto al ritmo de su himno “Carreteras Infinitas”.

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