Vecinos de Dacón revivieron su Belén, trasladado a la iglesia por la lluvia

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photo_camera Vera, una bebé de siete meses, le dio vida al niño Jesús. (Miguel Ángel).
Las copiosas precipitaciones colapsaron la Carballeda da Garrida, lo que hizo inviable llevar allí este año la recreación religiosa

Vecinos de Dacón, en O Carballiño, no faltaron este 25 de diciembre a su cita con la tradición: la trigésimo quinta edición de su recreación del Belén viviente. 

Sin embargo, las 70 personas que habitualmente participan en esta emblemática representación, tuvieron que cambiar de escenario: las lluvias motivaron que la Carballeda da Garrida se encontrara prácticamente inaccesible, por lo que todos se trasladaron a la iglesia de la localidad, Santa María de Amarante, y pusieron su granito de arena para seguir perpetuando una iniciativa que confiere una identidad particular a esta localidad carballinesa. Allí se dieron cita desde los más mayores, como Julio Campos o Pepe Osorio, hasta los más pequeños, como Vera, la bebé de siete meses que este año encarnó al niño Jesús. 

Aunque no hubo los tradicionales puestos de comida o las escenificaciones de la época, no faltó quien ofreciese dulces, bombones e incluso vino o salchichón, aunque para ello tuviese que hacer uso del maletero del coche –como así hicieron Julio y Pepe-. “Eu todos os anos levo unha táboa con xamón e tamén viño, e invito aos que queren. Hoxe, pois toca facelo así”, cuenta Julio Campos. 

Maribel Diz es otra de las vecinas de Dacón que nunca se pierde esta cita. “Aquí todo está hecho de manera natural y cualquiera puede participar en el Belén. No hace falta ser del pueblo”, asegura la vecina, que participa desde el primer año.

La de este domingo no era la primera vez que en Dacón tenían que cambiar el escenario de su Belén, tal y como recuerda una de sus principales organizadoras, Olaya Crespo. En algunas ocasiones fue también por el mal tiempo, otra fue hace 15 años, cuando esta tradición estuvo a punto de desaparecer pero, por suerte, los vecinos lograron mantenerla. Pasada la media mañana, las gaitas anunciaron el inicio de la recreación, que partió del edicto que obligaba a los lugareños a “empadronarse” en Belén, como así hicieron José y María, quien acabaría dando a luz en un pesebre al no encontrar posada. La adoración al “salvador” se hizo en el templo de Santa María, a donde también llegaron Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente, este año caminando y no a caballo. El acto terminó con un aplauso de los presentes.

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