Este pueblo de Cortegada ha recibido en un año 60 visitantes interesados en su recuperación

La aldea de A Barca suscita interés de empresas europeas

 (Foto: Xesús Fariñas)
La aldea deshabitada de A Barca, en el municipio de Cortegada, ha recibido en menos de un año cerca de 60 visitantes, de particulares y empresas interesados en su recuperación y posterior explotación. Responden a la oferta que ha lanzado el Concello a través de internet mediante la que intenta que se restauren las viejas edificaciones ahora en ruinas para crear ya sea una aldea de turismo rural, centro de ocio o cualquier otra alternativa que consideren atractiva los miembros del gobierno local.

La mayoría de los visitantes se han fijado en este pueblo abandonado como posible destino turístico y de ocio y proceden de muy distintos países europeos como Alemania, Suiza, Francia e incluso de Rusia, aunque también hay un buen número de españoles y gallegos, según manifestó el alcalde de Cortegada, Avelino de Francisco.

De todos los interesados, que se han desplazado hasta el lugar situado a orillas del río Miño, tres se han comprometido con el regidor municipal a realizar un plan de viabilidad para ser remitido al Concello con vistas a que se realice una valoración sobre el proyecto más atractivo y las posibilidades de ejecutarlo. Se trata de empresarios de Suiza, Alemania y un tercero de Galicia, si bien el alcalde no ha querido dar a conocer sus identidades mientras no se concreten las ofertas que presenten.

SOLICITUDES

Avelino de Francisco ya había anunciado hace un año que la aldea sería cedida con un coste cero a cambio de su recuperación y de darle una utilidad que resulte de interés para este municipio. A partir de ahí no sólo ha recibido visitas sino también en torno a un millar de solicitudes de información sobre el proyecto. 'Precisamente mañá tamén lle enseñarei a aldea a un empresario de Vigo', manifestó el alcalde, refiriéndose a la importante demanda de información y al interés que está suscitando la oferta, que se hizo pública cuando el Concello recuperaba la propiedad de A Barca, cedida por Gas Natural-Fenosa.

La construcción del embalse de Frieira en los años 50 y el incremento del nivel del agua, al anegarse los terrenos, había motivado la compra del pueblo por Unión Fenosa. Cuando Avelino de Francisco se convirtió en alcalde de Cortegada solicitó su devolución al Concello teniendo en cuenta que todavía se conserva una buena parte de las estructuras de piedra de las 12 edificaciones y existe la posibilidad de restaurarlas. Además, tiene una superficie de 15.000 metros cuadrados y en ella aún perduran restos de otras construcciones como fuentes.

La aldea tiene un gran valor etnográfico, ya que antiguamente fue un centro de comunicaciones, por donde transcurría el Camino Real a Castilla. En este lugar cruzaban el Miño las barcas para transporte de personas y mercancías, lo que aportaba a esta zona un gran dinamismo económico y social. Entre las ofertas que se han planteado al Concello está la construcción de un complejo turístico deportivo de lujo, una clínica especializada, un centro de fabricación de queso o un complejo de meditació

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