Las altas temperaturas de los últimos días están generando preocupación entre los productores de O Ribeiro. Algunas cepas empiezan a resentirse, aunque dependiendo de la edad que tienen y de su localización. Los productores tienen las esperanzas puestas en este mes de agosto, ya que si resulta un poco más fresco favorecerá la maduración de la uva. Si persiste la sequía, entonces lo más probable, según declararon, es que haya que adelantar la vendimia a consecuencia de un estancamiento de la maduración, y en unas condiciones poco favorables para obtener un vino que sea de alta calidad.
El técnico del Consello Regulador, Pablo Vidal, se refirió a las características del suelo en esta Denominación de Orixe, especialmente arenoso, y como 'los largos periodos de carencia de agua pueden retrasar la maduración, aunque depende de la ubicación y edad de la planta, entre otros factores'. No obstante, en la situación actual, considera que 'de momento, en términos generales no hay porque preocuparse, a corto plazo sólo ralentiza la maduración, aunque si continúan las altas temperaturas podrían secar las plantas'. El técnico puntualizó que ' todavía quedan dos meses para la vendimia, pero de seguir el calor los vinos tendrían altas graduaciones, con menos frescor, y aromas afrutadas'.
'Dentro de un mes sería fatal que continuaran las temperaturas tan altas, eso habría que corregirlo con enología, y no sería bueno para los vinos', manifestaba el colleiteiro Emilio Paz. En su opinión, la sequía está afectando a las cepas jóvenes, plantadas hace uno o dos años, porque tienen las raíces más superficiales y, en consecuencia, más dificultades para encontrar agua. Por eso, 'sólo el riego salvará la cosecha si en el mes de agosto persisten las altas temperaturas'. Otro cosechero, Antonio Cajide, no es partidario del riego y opta por adelantar las labores de cortar racimos para aligerar la cepa y así facilitar la maduración.
'Dentro de un mes sería fatal que continuaran las temperaturas tan altas, eso habría que corregirlo con enología, y no sería bueno para los vinos', manifestaba el colleiteiro Emilio Paz. En su opinión, la sequía está afectando a las cepas jóvenes, plantadas hace uno o dos años, porque tienen las raíces más superficiales y, en consecuencia, más dificultades para encontrar agua. Por eso, 'sólo el riego salvará la cosecha si en el mes de agosto persisten las altas temperaturas'. Otro cosechero, Antonio Cajide, no es partidario del riego y opta por adelantar las labores de cortar racimos para aligerar la cepa y así facilitar la maduración.
